martes, 20 de noviembre de 2007

LA CREACION DEL ANGEL (2A. PARTE)


Mi cansancio me traía embrutecido, en un estado catatónico preocupante. Por la falta de mi NEGRA, fijé mi marcha hacia las escalinatas del metro, eran las 11 de la noche, y esperaba que, si corría con suerte, abordaría el último de los trenes. Al acercarme a la entrada miré a una familia de indígenas acorrucados entre sí; los pequeños estaban envueltos con chales y cartones, dos niños para ser precisos... Descansaban en la sucia base de la escalera junto a la rejillas. El hombre con una tez demacrada me estiró su mano con algo de miedo, su palma se mostraba enpolvada y llena de cicatrices; de su boca salió una frasesilla entristecida por algunos gemidos disfrazados de sílabas, - Señor, me podría regalar una moneda-, lo miré sin mostrar indiferencia, estuve, al parecer, algo de tiempo frente a su envestidura fantasmal. Miraba a un ser humano maltrecho en las hogueras vivenciales, borrado de las percepciones ajenas, inexistente en el latente y mordaz espíritu de ayuda, sólo en la oscuridad existía, lograba un papel medianamente destacado, un personaje que jugaba a vivir, o posiblemente, intentaba ser, en la orbe de los muertos, afuera, donde los vivos temen acercarse y enfrentarse a las desgracias, a sus más temibles miedos, a transformarse en alguien que no tiene cabida en el sistema, en las reglas establecidas, en el mundo donde reina la supervivencia. Saqué de mi bolsillo varias monedas y se las dí envolviendo mi palma sobre la suya, le otorgué una sonrisa de buena fe y él me sonrió sin vacilar. Me alegué y predijé que, tal vez, por esa noche, ellos dormirián con los sueños arraigados en el alimento que disfrutarían a primera hora de la mañana.

Puse el boleto en la rendija de los torniquetes en una estación vacía y sellada por silencios de cementerio, los pasillos, carentes de cuerpos, enloquecían por su soledad o agradecían al tiempo por su no congestionada aflicción, por no tener que soportar el millar de agentes extraños que pisotean sus dominios, de tener que arrastrar con multitudes que se incomunican cada vez más y consumen sin medida.

Divagaba en laberintos mentales, encrucijadas de pactos diabólicos, como la historia del mítico ROBERT JOHNSON. Me hallaba clavado en la zona muerta del submundo, debajo de la tierra, entre rieles y alcantarillas putrefactas. Pensaba locamente en tierras inconquistadas y seres de fantasía, donde el bíblico árbol de la abundancia crecía con pasión en praderas destinadas al paraiso.

Interminable, se puede traducir, la enigmática figura de aquel arbusto que ofrece todo lo que un hombre puede desear, incluso la inmortalidad, bajo los sustentos de la fe y el amor. La textura del tronco brillaba descomunalmente sobre una eterna oscuridad de túneles subterráneos. Implicado esto, uno se pregunta, que tal vez los lugares menos insospechados y desgradables suelen contener la belleza más desbordante. Me hablaba a mi mismo, conteniendo rafagas de incoherencias, meditando acerca de los confines de la sabiduría en tierras de penumbra y soledad, bajo las sombras del follaje divino, casi celestial, en espera de vagones fraccionados, de trenes palpitantes. El anden me servía de plataforma, de base para despegar hacia las escrituras envolventes que tatuaban la corteza del árbol, mientras más percibía el contenido de las oraciones, más seguro estaba de mi presencia delante de mi camino, ese el que tratamos de encontrar a lo largo de nuestra vida. Cuando logré traducir el extraño idioma de la escritura, saqué algunas conclusiones sumamente adheretes a un probable destino que me aguardaba en algún rincón del universo, el texto decía:

"El hombre es como un árbol con frutos, cada fruto crece en su follaje verdusco y abultado, adornando su apariencia con total benevolencia y cuidado. Las raíces del árbol se extienden por el subsuelo entre tierra y rocas., como el sistema nervioso del humano, éste llega a cada punto del cuerpo, a cada rincón. Las raíces se alimentan de la humedad del terreno, aprovechando cada nutriente orgánico que el subsuelo provee, es un gran sistema ramificado que se autoinyecta una incommensurable variedad de proteínas y fuerzas enriquecedoras que lo harán acreedor a un gran tamaño y envergadura, así mismo el HOMO, se autoalimenta de palabras y conocimientos, de experiencias infaltables y alimento orgánico que fortalecerán su constitución de origen desconocido, crecerá su memoria, su juicio y entenderá el significado secundario de la vida, el CRECER. Cuando el diminúsculo punto inicial, ese que se asemeja a un grano de arena, se siembra, tiende a aumentar su tamaño en altisimos porcentajes, se convierte en un ser distinto, irreconocible a su origen; se inicia el ciclo del nacimiento, cuando la semilla brota en el interior de la tierra, poco a poco se desborda dentro de sí, la titánica necesidad de existir, de desarrollar su forma, de expanderse entre los aires. EL NACIMIENTO, el punto inicial de toda prueba, de todo viaje.

Cuando una persona emprende un viaje a territorios desconocidos, lo hace con cierta cautela, algo de emoción y mucha incertidumbre. Es una búsqueda por senderos nunca explorados, que mantienen algo de intriga bajo tanta musgocidad implícita. La travesía puede ser extraña, dolorosa o llena de epifanías. Los caminos, en la mayoría de las veces, son sinuosos y en sus extremos albergan acantilados abismales coloreados por una oscuridad intimidante. Crea un ambiente de misterio, descifrable mediante cálculos que se albergan en la confianza, seguridad y aptitudes que el viajante emita o refleje durante la empresa. Los peligros son como migajas de pan, se camuflajean de una forma tan inocente que sólo la intuición y la fe logran percibirlos como amenazas latentes.

Un hombre lucha por encontrar la dirección correcta dentro de un mundo bárbaro y hostil que lo apriciona con anzuelos de una belleza dudosa y encantos volátiles. Convencimientos instantáneos terriblemente inclinados a provocar confusiones tortuosas plagadas de insensibilidad.

Los períodos del viaje comprenden eternidades. Una vida se extingue dentro del camino, se agota sin construir el conocimiento necesario que le lleve al primer peldaño del significado escencial.

El espíritu sustituye las debilidades del cuerpo, alumbra su inferioridad con diálogos silenciosos del alma. La meditación es el paso cumbre que desvia al emprendedor de la niebla que lo cega y lo desciende a principios superfluos.

Al iniciar el sondeo la cabeza impera el dominio en las decisiones trascendentales, sin embargo la claridad de las respuestas tiene una particularidad, muchas veces es indetectable a la razón; y es ahí cuando el reforzamiento del corazón adquiere notable presencia en las disquisiciones de la concordancia. Una batalla interna, espiritual, invisible, empieza a brotar en la integridad del individuo. Un combate que aprisiona al carente de fe, al que se encuentra en las profundidades del miedo. En su inseguridad el aventurero se viste con ropajes implecable, de materiales sofisticados y adornos flamantes, una inminente causa reside en los espejismos vacíos, en la desnudez grisácea de un corazón hambriento.

El fatigante caminar se revela como follajes majestuosos matizados con una vemehencia diversificada. Las ramas zigzagueantes de los caminos pululan colores confusos, amargos, dulces, putrefactos, vivaces, añejos, joviales y cientos de dilemas inundantes. Los pasos compiten por delinear el compas adecuado, capaz de permitir encontrar el ciclo de la vida, el PORQUE y el ORIGEN.”

Psicópata, esquizofrénico o un demente recargado sobre las paredes de un anuncio sin imagen, tal vez eso era yo, en espera del próximo tren que me llevará a la perdición o al total congelamiento de mi estado. No lo sabía, pero sentía que algo, en un momento próximo, no muy lejano, transformaría mi soledad en algo puramente divino. Un mensaje dejado en la temporalidad inmediata en ese espacio-tiempo. Una revelación que dejaría corta a mi divagación improvisada del árbol y su contenido. Letras que aparecían y desaparecían, que se volvían parte de mí, como un libro humano, como mi libro de cabecera. Trazos que se tatuaban en mi piel y que me obligaban a sentir el significado de las líneas y los garabatos. A veces algo coherente, otras veces indescifrable. Líneas de texto que transitaron sobre rieles y que se mostraban ante mí en forma invasora...

El metro llegaba con una ráfaga de viento...

jueves, 1 de noviembre de 2007

LA CREACION DEL ANGEL (1A. PARTE)


Ocre, un poco decolorado y cenizo; amargo, pero algo delicioso; caliente y espeso, espumoso en gran medida; acanelado, con ligeros toques de dulce de vainilla. Sorbia, el primero de algunos, el primero que se sumergia, el primero que caia dentro de mi garganta directo a mi estómago. Tomaba el vaso con las dos manos, sólo con la plena intención de transmitir el calor del polímero hacia las palmas ríspidas y toscas. El humeante destello que se desprendia de la superficie del CAFE revitalizaba mis congelados miembros, francamente entumecidos por el frío otoñal de un Noviembre posterior a día de muertos. Sentado bajo el silencio atmosférico, bajo un techo apolillado de cierta cafetería del centro, en callejuelas olvidadas, entre vecindades de sombras y polvo, en un número desconocido, en una arteria muy conocida. Los paseantes miraban perplejos los monigotes que bailaban en las aceras, botargas de personajes infantiles, meneaban sus abultadas masas en derredor de fugaces y tímidas sonrisas. La vitrina me empañaba un poco la visión, le daba una perspectiva deprimente a las escenas urbanas. Mientras el sol escaseaba en un día nebuloso, yo continuaba sentado disfrutando del grano del café. Con una espina enclaustrada en mis dominios de la carne, recorrí la silla algo oxidada y dejando un par de billetes en la mesa, me dispongó a salir hacia las corrientes humanas, hacia el frío acuchillante de un día Sábado de NOTTE virgen. El inicio de la velada comenzaba con los primeros pasos hacia los empedrados senderos, hacia las casas centanarias y los palacios mudos. Salia del origen para partir a un lugar desconocido, me enfilaba, con temblorines, con escalofríos y labios partidos hacia un capítulo de alguna novela de fobias, de deseos, de inciensos marchitos y música de antaño.

La banca carecía de calidez, era un esqueleto casi congelado, entumecido y clavado en el piso con grandes estacas de metal y martillazos que resonaban en su huesuda conciencia. Alojaba por, sólo unos instántes, a una pareja empeñada en consumir su tiempo en abrazos y cariños; llevaban a una pequeña que jugueteaba sobre la estructura de la banca verdosa y ornamentada. Los dos se miraban sin parpadear en medio de cafeterías y restaurantes. Sus manos se unián como eslabones metalizados, rozaban sus pieles blanquiscas bajo abrigos y bufandas. En otro lado, junto a un pequeño arbusto seco y decolorado, una mirada salía sedienta por los escombros consumibles y luces soñolientas dispuestas a seguir en su sueño vespertino. La mirada de unos ojos amielados consumía su objetivo en unas jóvenes que platicaban en una mesilla a las afueras de un STARBUCKS. Las chicas jesticulaban de un modo agradable su coversación, adornada con risas y manoteos, muecas y remembranzas; el éclectico caballero que permancía con sus ojos clavados sobre los retoños femeninos, cruzaba sus piernas justo enfrente de la cafatería, en un pequeño local, asimismado seguía con sus pupilas las siluetas féminas; ellas con un toque sublime de seducción se encontraban en posees que alagaban sus cuerpos, y más aún atraían miradas pérdidas de hombres maduros, chavillos de preparatoria y uno que otro esposado, que a hurtadillas, volteba para llevarse consigo un recuerdillo visual de bellezas solitarias. Fingí no ser participe de tan imanizada atracción, estaba colocado detrás de un arbusto enano y de algunas mesillas; evitaba, de igual modo, no ser visto por semejantes creaciones, supusé que su coqueteo empedernido sólo tenía un objetivo, el HOMBRE de enfrente, sin embargo, existíeron períodos en los que, hipotéticamente deduje una indiferencia del VARON, aunque, tal vez, me decía, esa era su estrategía para obtener la firme atención de las damas. Pasó, lo que tenía que pasar, las dos mujeres se levantaron sensualmente de sus respectivos asientos y caminaron hacia el solitario MADURO, que con habano en mano, un abrigo reluciente y una barbilla partida, sonreía por haber sido cazado por tan hermosos depredadores. Las invitó a acompañarlo, ellas gustosas sonrieron, iniciándose la plática que podría llevar a la amistad y...
Eran casi las 9 de la noche cuando miré el reloj digital de mi celular, iba sobre Madero con rumbo a no se donde, me alejé de donde me hallaba cuando vi un ligero beso en la mejilla de Violeta. así dijo llamarse, era una de las chicas que habían tenido un divertido enlace de atracción con un hombre de, aproximadamente 40 años. supese que esa era una evidente señal de que el cortejo había tenido un desenlace alagador, así es que, sólo di media vuelta y con una sonrisa de credulidad me desvanecí en la jovial noche.

Líquidaba en ocasiones, los sentimientos que podían surgir como una métafora, como un suspiro delineado, en tramos o secciones distintas, por pensamientos que me invadían cada momento. No podía controlar esos deseos que se acumulaban lentamente bajo mi disfraz, era en verdad importante que dejará mis miedos e incertidumbres abandonados. Mi desesperación puede mantenerme inmovilizado, como un tronco, me paraliza y hace que actúe como muerto viviente, dejándome llevar por la marea. Con abrigo negro y un pantalón de mezclilla de similar color vagabundeaba con estos pensamientos por desiertos humanos, por túneles que aprisionan y no te permiten respirar adecuadamente, embellecidos sólo por una oscuridad uniforme. Caminaba, deambulaba sin un razón aparente, viendo escaparates de maniquies en penumbras, entumecidos por alambres internos y carencias del alma. Uno de esos modelos sin vida llamó mi atención, era de evidente rasgos femeninos; sobre sus hombros caía pelaje sintético de color castaño, sus ojos vidriosos ahogaban sus colores en tintes azulados cubiertos por pestañas inmensas y un delineado azabache que resaltaba el tono de su mirada infinita. Portaba un vestido grisáceo que llegaba hasta las rodillas; su escote prometía fantasías con un par de tirantes delgados que rodeaban su espalda en forma de X, los senos petrificados contenían un volumen perfecto, cubiertos por decenas de olas brillosas de la tela. Su cintura era estrecha con algo de exajeración, tal vez para contornear de mejor forma la silueta inorgánica de la escultura. Miraba sin cesar su estado, por momentos supuse que gritaba por dentro, que tenia ganas de desgarrar ese acabado en madera y acrílicos que no le permitían moverse, gritar, hablar, amar o seducir su esbelta figura a una estirpe como la humana. Su rostro delicado y hueco, ese que añoraba carne y sangre, una mente y un alma, colocaba un reflejo fugaz, algo diminuto, en la vitrina. Mis dedos frotaban esos fantasmas en un vidrio lleno de bao, de humedad, perfilando una posible existencia cautiva de una BELLA imitación muerta, construía un retrato de un rostro, que sólo en mis sueños, tuviera cabida en mi album de recuerdos, probablemente como alguien hermoso que llegue a tomar de la mano en una tienda de ropa con dirección hacia una aventura, donde no hubiera palabras, sólo deseos y caricias. Partí como un cobarde dejando a ese amante en medio de una jauría de lobos, en medio de una cueva de pavor con buitres gigantes y fuerzas ocultas, me dije, ese no es mi problema, no he nacido para brindar vida a objetos que añoramos, pero que sólo podemos crear através de materia MORTA.

El tránsito disminuía, las puertas se cerraban y los seres del día entraban en el mundo del sueño. Las multitudes se congregaban en congales, cerca de Garibaldi, en la zona del mariachi, algunos salían de cantinas dispuestos a seguir su andar vernáculo, buscando clientes, buscando sacar sus dolores entre la música y el jolgorio. Me quedé por un rato en un portal, con los sentidos fijos en las cantores, en los borrachos y en las parejas que buscaban aumentar su delirio en notas rancheras. Los claxons sonaban en compaces y el aire le hacía el quite con su friolenta presencia. Disfrutaba de lo ajeno, aunque rodeado por congéneres, mi ESTATUS pertenecía a la soledad, a una entidad desconocida. Con las manos en los bolsillos caminaba en zigzag sobre el piso con olor a licor, diversos grupos de individuos rodeaban a un ruiseñor vestido de charro, uno que cantaba a todo galope, su público atento le seguía el rastro deshinibidamente, repitiendo cada palabra y oración que la voz les dictaba. Una mujer de dudosa procedencia se acercó a un trajeado personaje, con cigarro y un vaso con hielos. El hombre empleaba su tiempo en meneos constantes casi a la entrada del RINCON DEL MARIACHI, parecía haber estado demasido tiempo con el señor etílico, su apariencia desalineada le daba un efecto pálido y con señas inminentes de estar a punto de rendirse ante el agente vomitivo. La mujer con un traje ajustado y de tono purpúreo lo tomó del brazo, colocándolo en su cintura. La reacción del mareado fue sonreir chuscamente, dejarse doblegar por esa mujer, que no por ser atractiva, le hacia sudar la frente a aquel desdichado. Varias de las columnas que sostienen el templillo de la plaza, eran ocupadas por unos cuantos compadres, oficinistas, de esos que, bajo presiones laborales y familiares, se escapan a encontrar la cura en la bohemia, a localizar el amparo protector de sus monstruos cotodianos; algunos cantaban sin entonación, otros bailaban sin importarles las penas y agonías, otros más tomaban su líquido revitalizador, su tónico de agave, cebada, una dosis capaz de permitirles un viaje hacia la satisfacción del cuerpo. Preguntas y preguntas se hacían notar en el eje central, cuestiones sobre tarifas o servicios, sobre canciones o culpas, todos querían el embellecimiento de la conquista por medio de golondrinas, de cielitos lindos o amores malditos, querían provocar una especie de festival entre casas y departamentos, entre condominios y residencias; que su BELLA TORTOLA fijará su visión a la orda de javilanes con sombreros y espuelas,; que su encantamiento fuera perfecto a los oidos de las musas.

viernes, 19 de octubre de 2007

DON MIKEY y la dama de rojo


Inconsistencia del ser o la amarga presencia de fantasmas del pasado, de recuerdos que se acumulan poderosamente sobre el empequeñecido y minísculo punto que ocupas en el universo. Una fuerza acumulativa que te acosa como un pervertido sin raciocinio, como un pedófilo en un jardín de niños, una energía que te empuja hacia las cataratas de purificamiento o tal vez, a una resurrección necesaria de esta insoportable pesadez del ser. La braveza de la fuerza te enfrasca en un coma, en un sueño obligatorio escenificado por memorias que te acuchillan como carnicero, las destasa en cientos de cuartos llenos de hermosas vivencias, de desgracias, de muertes, de alegrías, de amores o de placeres. Pensamientos continuos que rondan en la cavidad de tu cabeza, se sumergen y transitan en tu red de neuronas, uno tras otro van pasando sobre el proyector, ese que sirve para magnificar las circunstancias, para empequeñecer los delirios y saborear los idilios. Escencias, almas, espíritus, mentes, todas ellas bajo el yugo impertinente de sus cuerpos, esos moldes que fastidian o que hacen banagloriarse, vociferar a los cuatro vientos la hermosura o la fealdad de los vestidos, estos fieles acompañantes mortales. Polvo y sombra, eso es lo que son, se desvanecen en el tiempo alimentando la incógnita y aumentando la locura, aumentando los llantos y las sonrisas, las lágrimas y los miedos por aquel vacío que crece como un hoyo negro dentro de nosostros, obligando a morir y vivir de nuevo, a rencarnar o volver a empezar.

El comienzo, doloroso viaje que inicia en los remolinos de agua, éstos que son provocados por la succión repetitiva de bombas recicladoras. Gotas, lluvia cristalina que empapa las pieles y los deseos, los rostros y las miradas, cientos de pequeñas acumulaciones de agua que brotan de tubos delgados, las empujan hacia el espacio, hacia los cielos, una
por una caen a los pies de bases rocosas y ornamentadas, circulares la mayoría, con adornos elípticos u ondulados. Al centro, una torre de roca tallada con varios niveles, 4 para ser exactos, y flanqueada por unos coyotes petrificados, quizá por alguna medusa de nuestro días o quizá por alguna erupción catastrófica que los llevó a quedar inmóviles eternamente.
Bestias de la noche acorraladas por pomposas fuentes, por un grupo de tubos que escupen y engullen agua bañandolos diariamente, limpiándolos de su morbidez, de su completa docilidad hacia el ambiente. Sentado sobre el contorneado bardeado de la fuente, en el centro de la PLAZA CENTENARIO, estoy pensando en el pasado y bloquendo el presente. Imágenes que vienen, me coquetean, me cortejan para de improviso, irse hacia la fuga, entre árboles y jardineras, entre globeros que van y se empeñan en hipnotizar a pequeñuelos, entre pepiteros y sus golosinas de amaranto y miel, entre bullicio desencadenado de música, de gritos y risas, de pláticas fraternales y tamborileos, entre tatuajes sobre ruedas y piercings de 2x1, entre bandas de adolescentes y llantos de estómagos vacíos, de niños índigenas confundidos con el asfalto, entre olores de cafe del JAROCHO y señoras que tejen, que venden y muestran sus manualidades a cuerpos que
van, que vienen, entre librerías y bohemia, de esa que se contagia con una simple guitarra y algunas copas de ron, de tequila, entre letras de rolas escuchadas, entre charlatanería esoterica, la que vende autoestima, la que otorga futuros inciertos y lecturas que se acercan más a una psicología corporal, entre una fascinante mezcla de sentimientos, entre el amor y la felicidad, entre el odio y el egoismo, entre la envidia y los celos, o entre la magnánima certeza de que el mundo sigue su curso sin importar las tragedias o los triunfos de particulares, simplemente sigue hacia el fin de los tiempos o hacia el fin de la era del hombre.

Veo el goteo continuo de la fuente sobre la palma de mi mano, hago algunos contornos líquidos sobre la superficie sedimentada, dibujo algo que, al principio se asemeja a una caperuza, idéntica a la del cuento de LOS HERMANOS GRIMM, sólo que en ella no se hallaba cuerpo alguno, ni un sólo rastro de alguna niña con canasto. El volumen de las gotas realzaba la silueta de lo plasmado con agua, mientras mis dedos húmedos seguían las líneas invisibles de algún camino secreto. El día moría nuevamente entre un viento fresco y algo frío, el cielo se encontraba despejado sin nubes que estorbaran su azulada apariencia, en donde el sol se aferraba desde el horizonte, se aferraba a no ser apagado, a no dormir entre las sombras de un universo fúnebre y oscuro, a no morir entre estrellas lejanas y galaxias ajenas, a no morir en la soledad de su ardiente existencia. Una melodía se filtraba por los estrechos, por los pequeños orificios que quedaban entre las masas, una rola que
hablaba del amor en su más estilo empalagoso, una canción ochentera, que por extraño que parezca, sonaba en medio de generaciones totalmente distintas a este género musical, recorría las angostas pasillos de la plaza y trataba de colarse en la variedad, entre las rolas rastafari y los sonidos dark. Miré con curiosidad el origen del sonido, I JUST CALLED YOU SAY I LOVE YOU, decía el Steve en un pequeño bar de la zona; Wonder su apellido. Esto me hizo recordar ciertos pasajes de una película de los ochenta titulada LA CHICA DE ROJO, en la que el actor, un poco torpe y desalineado intenta conquistar a una bella modelo, después que éste, queda totalmente extasiado al verla bailar al más puro estilo de MARILYN MONROE, encima de un alcantarillado del subterráneo; sus movimientos cadenciosos, llenos de deseo y alojados en la sensualidad corporal, hicieron que el protagonista, se quedará, francamente, en un estado de IMBECILIDAD, anonadado, fuera de sí, mientras la dama pintada en tonos carmesí se deja llevar por el baile silencioso de un viento que la invita a disfrutar de sus encantos. Ah, que película, años y años sin haberla recordado y de repente sale a flote por esa canción en particular que por cierto, perteneció a su banda sonora.

Se esfuma, se vuelve silencio y siguó caminando entre valles de multitud. Perdido en mi mismo, siguó pasos que alguna vez, sintieron el mismo piso y la misma situación, miró como un pequeño pide limosna y ruega por unas monedas, las personas pasan sin mirarlo, sin hacerle caso, ni siquiera para decirle no; al otro lado de la calle un perro guía a un invidente sobre la acera, cuidadosamente lo encamina hacia un destino trazado, algunos chicos se sorprenden por la belleza del animal, algunos lo acarician, otros simplemente lo admiran con la vista y le envían una sonrisa discreta. Miró las manecillas del reloj, las 7 de la noche, la luz del día se percibe todavía sobre el cielo, aunque hacia el Oriente se deja ver una semioscuridad, un leve manto de la negrura de mi amada madre, la NOCHE. Siguo sin rumbo, mirando, sintiendo, aislado en la cordura de mis pensamientos, entretejiendo cientos de puentes hacia la realidad, en espera, de un algo que pueda aliviar las punzadas que me ahogan. Me adentro a un barecillo, el TARRO DE COYOACAN, decía en letras coloreadas con matices cálidos. Se encuentra en su punto más conglomerado, varios grupos de chavos entonan melodías noventeras, otros brindan por la amistad o por el simple hecho de hallarse juntos disfrutando de la compañia mutua, algunos adolescentes bailan agitadamente, formando un semicírculo alrededor de las mesas. Las pantallas muestran trozos de videos musicales, cortos de alguna película, fragmentos de deportes extremos o una que otra representación activa de un comercial trascendental contemporáneo.Me acercó a la barra y pido una CHELA directa del barril, aunque sinceramente espero sólo algo que salga de una botella etiquetada y sellada por una de esas marcas nacionales. Doy el primer sorbo y mi cuerpo emite ciertos espamos del efecto alcoholizado de la primera bebida, del primer coloquial somnífero que me atontará los sentidos por un lapso estrecho de la noche. Acaudalado de cifras y cifras, DIGO, al ver a un hombre maduro con una botella de whisky y 2 copas sobre la base de madera color marrón, bien vestido, con un toque de Mickey Rourke, un habano en su mano derecha a medio fumar, su mirada esta encayada en el rostro exquisito de su acompañante, una damita de menos de 25 años, vestida exóticamente, peinada deliberadamente de un modo irregular en la que resaltaban tonos color fuego y luces vivas en ciertas zonas, su tez era pálida pero con algo de viveza, labios carnosos sin llegar a la exageración y un cuerpo esbelto, bien definido. Los dos entablaban una charla, con los ojos entrelazados, en sintonía, ella reía en lapsos prolongados, su sonrisa cautivaba al hombre que continuamente paseaba sus manos sobre las mejillas de la chica, mientras ella tomaba sus hombros con delicadeza. Noté que una de las piernas de la PELISROJA se encontraba por encima del muslo del caballero, su piel tersa y suave rozaba sobre el pantalón de mezclilla y dejaba notar que esa extremidad en particular tenía una belleza notable. Me preguntaba sin razón aparente, una cuestión demasiado común entre los asuntos de la seducción, que es lo que hace sentir a una mujer tan joven y hermosa como aquella que llace en la mesilla de dos, tan descaradamente bien en compañia de un hombre, que por su aspecto podría ser su padre, un hombre de rasgos normales, de apariencia sencilla, muy en el rango promedio, de no muy alta estatura, ni muy robusto, con algunas señas de entrar a la tercera edad, un hombre que podría pasar desapercibido en cualquier parte. Por que, en los asuntos de la conquista tratamos de alojarnos siempre en la apariencia, en la exterioridad, en tu vestidillo que DIOS te dió, cuando hay ciertos ejemplos en la vida que demuestran lo contrario, como el citado, donde ciertas características que se ligan a la actitud, a la confianza, al poder o a la fluidez tienen mayor crédito o con mucho mayor valor a la hora de efectuar los LIGES. Es patético siempre depender de lo que la materia logra, a lo más que podemos aspirar es a caer en baches o en hoyuelos de soberbia, orgullo y materialismo, no tendriamos chance de entrar a asuntos más profundos, siempre hablar de falacias, siempre conversar en la ambiguedad, en la total desfachatez de maniquies deseosos de cascarones más equipados. AHHH! pero si uno, dedicará más tiempo a dotar su personalidad con armas no-fisicas, armas letales que alimenten tu estado letárguico y lo vuelvan una caja de simpatías y sorpresas. Ahora bien, el caballero canoso y chaparrito, en primera instancia, mostraba una lección DONJAUNESCA para todos los que sienten afinidad por actividades de CASANOVA, una bofetada recia y directa a los HOMOS que pretenden ser los espectros atrayentes en los TUGURIOS y ANTROS. Dinero, puede ser, sin embargo eso no le quita all MICKEY ROURKE CHILANGO disfrutar la compañía de la DAMA DE ROJO por esa noche. JAJAJA! que envidia, pero de la buena.

miércoles, 10 de octubre de 2007

EL VAGABUNDO Y COMO EVITAR CAER EN LA HOGUERA DE LAS VANIDADES


El acorazado samaritano que un día cualquiera se topó con espejismo, texturas de santidad creencias y vehemencias que fueron lanzadas como sanguijuelas hambrientas a sus remarcados pasos en la arena pretérita, fue en el día en que vio llover sapos en una película con nombre de flor, MAGNOLIA. Esa tarde de aquella fecha imperecedera, el mortal chilango, se encontraba en el sillón de una habitación alumbrada en ciertos puntos con luces muy discretas, maquillada en tonos azulados y con grandes carteles de creación propia, alguno que otro libro arrumbado en la cama, la cual era, es y será fiel testigo de olores, sabores, sensaciones y sudores, peleas, amoríos exquisitos y una larga lista de semántica del amante. El piso perfumado por aromas sintéticos se conformaba con reflejar, mediante estructuras de loza, la cabisbaja figura de una sombra que se mostraba atenta a las situaciones fílmicas de una cinta llena de delirio y redención, de pasados suprimidos y nervios cadavéricos. Una tarde en la que el sol se ahogaba entre nubes envueltas en llamas y un ambiente místico, caracterizado por la purpúrea alineación de luces empeñadas en saborear la fúnebre partida de su creador. Un crepúsculo que tamborileaba al ritmo de una melodía decadente, un blues de la bruja blanca, de aquella cuya perdición se colocaba entre altares de LSD, COCA y heroina. El viento en ese particular día de la vida del LOBEZNO NOCTAMBULO, soplaba con furia fresca, con sonidos de especímenes conocidos, de bestias que gritaban al vacío para encontrar su hijo perdido, a un huérfano de la noche, a un niño de colmillos alargados y pelaje de pavor, esos sonidos que llamaban al compas de la guerra, al tono de un enjambre de relámpagos, de un magnánimo solo de guitarra, al mero estilo HENDRIXIANO, llamaban sin parar a un ser que sólo habita en la oscuridad y duerme en la pesadez existente de su castigo. Un audio empeñado en cortejar al más severo de los críticos, al más terco, al más infame de las especies del aullido. Una onda que traspasaba sus poros y lo conectaba a su estado de terror, al estado en que más se identifica, al de un animal cuadrúpedo, al de un asesino, al de un psicópata deseoso de víctimas.

THE END, aparecía en los últimos fotogramas del DVD, un final cardiaco, donde los personajes no encuentran un desenlace del todo algador, un poco regularzón aplicable en gran medida a la realidad, caminos sin meta, sencillamente sólo un PUEDE SER, POSIBLEMENTE, TAL VEZ, nada en concreto, sólo especulaciones, sólo canales abiertos a probables zig zags de la trama. Apago el monitor y tomó las llaves de mi NEGRA, salgó sin avisar sobre mi rumbo, y me desvanezco en una calle sin lámparas hacia un guión por terminar, hacia un capítulo más.

El recuerdo, en ocasiones es fiel, en otras se va con el primer cabrón que le llega a la tarifa. Algo de esto es engañoso, una simple tetra entre la conciencia y el patíbulo falso de una inconciencia tentadora. Mentiras que vienen y se impregnan a ti sin compasión que ciertos agentes de tu venosa envestidura logran detectar sin problemas. Las huellas secas y fosilizadas cortejan contigo invitandoté a delinear sus formaciones con tus pasos, únicas llaves con acceso al gran portal de un pequeño BAR de la esquina de AMSTERDAM y SONORA, aquel con el nombre del MITOTE.

JAJAJA!, tres chavos carcajeaban en la barra principal, la cual llacía en forma perpendicular a la entrada; risas, choques de copas relucían en su entorno, sonrisas desviadas dirigidas a un grupo de foráneas de cabellos rubios sentadas al otro extremo de la guarida del cantinero. Los DON JUANES charlaban con voces altisonantes, manoteban en el aire, actuaban desvariadamente sus chuscos relatos del día o de días pasados, hacían intermedios para lanzar miradas a las bellas damas que contrastaban con su LUCIDA apariencia sobre fondos grisáceos garabateados por un sin fin de líneas curvas de colores variados y una que otra imagen de retratos sepia o monocromático. El continuo coqueteo de ambos bandos provocaba una velada francamente divertida, en la que por medio de movimientos estratégicos y jugadas improvisadas, los TRES GARCIA intentaban cortejar a las CHICAS. Uno que otro piropo era aceptado gustosamente por ellas, que bajo un escaso entendimiento de las palabras castellanas mostraban una idea simpática y cómica de lo que, en particular, el mensaje quería
darles a entender. En cada intento, a cada nuevo movimiento de seducción, los bandos lentamente cedían, se acercaban cada vez más a una unión física, a un enlazamiento puramente sensual. Ahora las bebidas aparecían de mano en mano chocando continuamente en el SALUD! o en el CHEERS! o en un cruce de brazos y manos para poder saborear el congelado y fresco líquido CHELERO. Poco a poco las miradas se encontraban, las pláticas se combinaban en lenguajes distintos, los roces de piel, los alientos que se filtraban por los rostros, los labios parlantes y los típicos abrazos de AMISTAD hacían de las conversaciones una envidiable convivencia. La música congelaba el espacio, permitía disfrutar un suculento retrato de los bailes, del cruce deliberado de piernas, un enlace alagador en todos los sentidos. El meneo frenético de dos individuos iluminados por las trémulas pulsaciones de sus cuerpos, hacia sudar las paredes, compartía una humedad ardiente, una sofocación perenne, llamando a gritos despiadados a los altos mandos de la fuerza impulsadora de delirios, de vociferaciones orgásmicas y una que otra llamada al deseo.

El humo del cigarrillo me envolvía como una mascada cariñosa, recorría toda mi silueta en un rincón decorado sólo por un banquillo de madera, un par de copas de vino tinto y un cenicero sin usar, una foto perfecta de la soledad, una llamarada de sombras ornamentales, un conjunto de polvo y cenizas que constituían a la figura de tintas oscuras y ojos brillantes, una depresiva manera de pasar las lunadas, sólo en la completa melodía de los cortadores de venas, esos que se descarnan, que se desangran mientras escuchan las notas de las golondrinas. MUA MUA! besos a lo lejos, besos atragantadores, besos que desgarran, besos que ahogan, besos extasiados, besos de muerte, besos que marcaban el fin de una conquista con éxito, pero que no significaba el compartir las sábanas y las almohadas. Las tríadas, tanto los varones como las damas, daban por
terminado su sesión de deleites y manoseos, partían a la salida en tono muy amigable, es cuando se inicía el ME ACOMPAÑAS, VAMOS A OTRO LADO, VEN CONMIGO, YO TE LLEVO, VAMOS A SEGUIRLA, palabras que van con la intención de convencer y cerrar con BROCHE DE ORO la noche.

En el quinto trago de vodka decidí retirarme a explorar más sitios en los que pudiera, por lo menos sacar alguna sonrisa ajena a mis muecas mustias, una bella sonrisa que me pudiera apaciguar el desenfreno colérico que se había apoderado de mi temple. Mis intentos de seducción en ese lugar en particular habían caido en una vergonzosa y patética rutina sin sustancia, nada nuevo en alta mar, nada que tuviera alguna chispa vibrante e ingeniosa que atrajera las miradas de hermosas
musas. Añadiendo de que también, mi estado de ánimo no se encontraba angelado. Pague la cuenta y salí rumbo a los mares embrabecidos, a caminar en terrenos minados, en tierras de placer y vacíos espaciales. Las calles, esos rectos y curveados caminos que te pierden en una selvática jungla con cientos de bestias y monstruos esperando a iniciar su depredación, a cazar a sus presas, a alimentarse de la carne de los débiles, de los soñadores, son devoradores de sueños, se apoderan de tu conciencia, o lo poco que queda de ella, y te atren con carnadas, con lombrices centelleantes y flamas de bufonadas, un completo solsticio de placeres que se dejan venir como terremotos catastróficos, como choques eléctricos. Observas las luces parpadeantes de un pequeño lugar entre escombros y neblina. Apagas el motor de la motocicleta e indecididamente empiezas a caminar con sigilo y entumecido, gracias a una noche fría y con ventisca, tus muslos se encuentran a la puerta de un dolor muscular, tus manos adoptan un color pálido y tu aliento emite una pequeña dosis de vapores. Te diriges lentamente hacia la sexta copa o la primera conquista, no lo sabes, simplemente sigues el sendero invisible que se encuentra bajo tierra, un imán gigantesco que te arrastra sin que puedas alzar tus miembros. Ves el rincón sin iluminar de una pequeña callejuela sin luz, te acercas contemplando el bulto inerte de algo que se haya en un estado de descomposición fuera del sistema, una masa envuelta en bolsas de plástico y cartones de cajas tasajeadas. Es un individuo, que en nuestra decadente y muy inuhumana sociedad, se conoce como VAGABUNDO. Personas sin hogar, sobrevivientes en tierras malditas, donde su locura es la mejor postura personificada para combatir demonios y feroces materias que los acosan como puñales hirientes en la carne viva. Individuos que existen, pero que no son parte del mundo, que tal vez podría llamarse “NORMAL” , están fuera del entorno, de la cápsula protectora de un sistema que cada vez más se hunde en el TARTARO, en el abismo, en el hogar de los TITANES, aquellos DIOSES DEFORMES que fueron maldecidos, humillados y encerrados por los DIOSES CORRECTOS, algo similar pasa con los mal llamados PEPENADORES, el mundo los ve pero esa mirada sólo conlleva una dotación de ingredientes de LASTIMA Y VERGUENZA, una mirada que prefiere estar dentro de la ceguera.

El hombre, que por su postura, se veía practicamente en un estado enfermizo, casi al borde de la muerte, estaba plagado de franelas cortas simulando una manta que pudiera protegerlo del frío, a su vez una bolsa negra de plástico, de esas que se utilizan para los desechos domésticos, lo envolvía como una hoja de plátano envuelve un tamal, sus barbas asemejaban pequeñas enredaderas que caían hacia su pecho,, un pelaje de color grisáceo blanquesino moldeaba su cabellera
practicamente relamida e irregular, sus rostro palidecido mostraba signos cadavéricos flanqueado por unos ojos hundidos y ojerosos, su nariz era chata, un poco desproporcionada con orificios nasales grandes y angostos, sus bigotes y demás vello facial imposibilitaban la visión de su boca. Dormía con profundidad, un sueño triste, alejado, retirado de su condición y puesto en las cumbres de la fantasía, de los sueños eternos y los despertares cósmicos. Toque su cuello para averiguar si se encontraba con vida,, su pulso era débil, muy lento, y su piel carecía de suavidad, una armadura aspera y llena de mugre. Le dí unos empujoncitos para comprobar si podía abrir los ojos o si llacía inconciente, el hombre DESPERTO lentamente y me miró con una expresión aterradora; inmediatamente le hice un gesto de buena FE y el anciano seguía con su miedo, con una desconfianza inocente o, probablemente una inquietud moribunda. Mis ojos reflejaban su miedo,, su inconsistencia, lo traté de apaciguar brindándole un pequeño presente que pudiera, tal vez, colmar su hambre, sólo por instante, el viejo lo tomó precipitadamente y lo guardó cual objeto más valioso en su vida. Le pregunté con cordura si se encontraba bien, él, con una indiferencia propiciada por su extrañeza, se limitó a mover la cabeza con señal de afirmación, saque un par de billetes y sin meditarlo se los di, su mano cicatrizada y un poco ensangrentada los tomó y con una sonrisa sincera, agarra mi mano y la frota en un ademán de agradecimiento, mis sentidos sintieron como si les hubieran arrojado una cubetada de humildad, solemnidad y buena voluntad tras un rostro perplejo, embelecido de tan semejante instante.

La formas cambiantes del ser sólo pueden redefinirse en pequeños y diminutos lapsos temporales, en una dimensión que borra el pasado, atrae el presente y da flashazos de lo que, en ciertas probabilidades, se puede esperar del futuro. Los camaleones cambian constantemente su apariencia para confundir o persuadir a su enemigo, en tanto que las apariencias del hombre se transforman cuando en algunos mensajes providenciales, se hayan acosamientos camuflajeados en situaciones cotidianas, en simples quehaceres de la vida diaria, que están modificados levemente para atraer a su presa, pero si esos mensajes que van más allá de una sencilla apariencia rutinaria es, por el contrario, denegada o desechada, el ser encargado de confrontarla, no podrá decifrar el código existencial que estaba delineado y preparado para su misión, cayendo en reiterativos fallos que lo situaran en la completa indiferencia de su meta en la vida. En esa ocasión el mensaje fue directo para el LICANTROPO, la dirección no siempre debe ser tomada en formas tan rectas o con atajos, sino intentar tomar algunas referencias que orienten al viajante, aquel que tiene delante de él una verdadera odisea, un retorno al hogar idóneo y eterno. El viejo VAGABUNDO que había tomado la mano del peludo animal, sólo pudo ver, en una bestia tan repugnante, una simpatía co-existencial, un compañerismo viviente, cuando en principio el miedo era sólo una máscara fugaz, ya que el INDIGENTE de nombre JACINTO, vió más de lo que sus propias pupilas pudieran ofrecerle. El vió la bestia y vió al hombre, vió a un ser híbrido capaz de ayudar su difícil personificación en la existencia...

La noche aullaba, un temor ensordecedor tiritaba por las vecindades, por los callejones sin salida, los perros ladraban a la nada, el reloj de la vieja iglesia del barrio sonaba indicando las primeras seis horas de un Sábado despejado, pero muy frío. El ruido de la NEGRA se escuchaba cada vez más sobre el pavimento irregular de la principal avenida. La luna llena había permanecido firme en atestiguar las andanzas de la BESTIA y ahora era momento de retirarse y morir quemada bajo las flamas de su gemelo, aquel que se separó de ella cuando tomaron apariencias diferentes, optando la BELLA SELENE por el manto negro del día, la negrura de NIX. Las luces del vehículo apagaban sus tareas y las llantas tomaban su merecido descanso y el LOBO, agotaba sus pensamientos en el VAGABUNDO, aquel andrajoso que después de recibir el beneplácito
de un presente emitió su último suspiro en presencia de un monstruo ajeno a las estirpes ANGELADAS y a los súbditos celestiales. Murió bajo las sombras de la indiferencia, pero escuchando el eco de la ayuda, un apoyo que llegó demasiado tarde. Y bajo sirenas de desgracias, bajo interrogatorios administrativos, bajo miradas de chismorreo, bajo edificios corporativos, bajo un capitalismo viruliento, bajo egoismos, bajo la nada, el LOBO acompañaba el cuerpo inerte del anciano, que irónicamente había improvisado un sarcófago con desechos...

miércoles, 3 de octubre de 2007

RECURSOS DE UNA MUJER O LA MUJER DE RECURSOS


Esta historia sucedió cuando era un chico de 18 años y recién había ingresado a trabajar a un centro comercial cercano a mi casa. Tenía como un mes de haber salido de la escuela y me preparaba para entrar a la Universidad, sin embargo hubo algunas circunstancias en el entorno que retrasaron mi ingreso a tan deseada etapa. Aprovechando el tiempo de ese lapso de receso estudiantil, decidí ingresar a trabajar para juntar algo de dinero y poder pagar mis estudios. En esa época se estaba construyendo un centro comercial algo descomunal por esas zonas y por consiguiente se solicitaba personal para distintas áreas y departamentos. Decidí, entonces, trabajar en una de las tiendas de ropa que plagarían toda la plaza. El día que me citaron con mis papeles para una entrevista, iba un poco nervioso por la novatez en estos asuntos laborales. Al llegar, una señora de más de 40 años nos hizo esperar a una docena de chavos y chavas que igual que yo, deseaban trabajar en la tienda. Mi turno llegó y entre un poco tenso a la oficina de Recursos Humanos, al mirar hacia el escritorio mis ojos se regocijaron y mi cuerpo, antes tenso, quedo varado entre una discordia de nerviosismo y exitación. La mujer que se hallaba sentada no era exactamente una diosa de revistas de moda, pero tenía un rostro sumamente delicado, fino en sus rasgos y unos ojos tan grandes que centelleaban tonos miel y verdosos, su pose era propiamente la de una mujer algo conservadora, aunque un ligero escote se asomaba tímido en un traje sastre de color gris, su piel era blanquecina con algunas pecas en en su nariz diminuta, aunque algo respingada, su boca era delgada, pero sus labios resaltaban gracias a tonos rojizos que brillaban en esas delicias. Mi estado era de exaltación, una ligera ola de temblorines inundó mi cuerpo cuando me empezó a deleitar con sus sonoras palabras. No escuchaba, nada en absoluto de lo que ella estaba preguntando, mis respuestas eran practicamente automatizadas y cortas. Cuando la entrevista llegó al punto final noté que en su mirada y una sonrisa discreta nunca fueron gestos disfrazados, como cuando alguien sólo muestra su buena educación y modos, yo sentía que esa forma de actuar no fue completamente indiferente hacia mí. A mi forma de ver creo que le había agradado a la chica.

En pocos días recibi la llamada de ella confirmando mi contrato en la tienda de ropa, su voz en el teléfono me producía una ansia enorme de placer, sonidos que entraban en mi sentido auditivo y me paralizaban mis nervios en una estado de trance mágico.

Empecé a trabajar a principios de ese año, la afluencia de gente en la tienda era algo pesada y fluida, muchas chicas adolescentes miraban extasiadas algunas prendas de marca importante, su cuerpos juveniles provocaban un aire embriagador de feromonas en el ambiente, los probadores eran sitios mágicos para mirar discreta y secretamente aquellas curvas que iban definiendo texturas y zonas de placer. La marca del VOUYERISMO siempre enmarcaba los deseos escondidos de algunos empleados, incuyéndo a un servidor. Dirán que eso es rebajarse o que puede ofender ciertas opiniones, sin embargo la edad, los impulsos, la inmadurez y el continuo coqueteo de las clientes prevalecían como motivadores de esté ferviente placer de las miradas secretas.

Cierto día, la embellecida mujer de Recursos Humanos, fue de compras a la tienda, cuando la vi, mi pulso aumento de inmediato y mi temblorina apareció en mis piernas. La mujer se paseaba entre telas, colores y costuras, su coqueteo involuntario (DELIBERADAMENTE DISCRETO) me provocaba una ansía colérica. Al fin, cuando la tope de frente, ella sonrió timidamente y me lanzó un HOLA, yo atónito de que me reconociera, la saludé titubeante. Sin más, empezamos a conversar. Su voz cautivadora entraba palpitante sobre todos mis sentidos. Un mareo aligerado me invadió mientras su figura tempestiva relucía bajo el diseño minimalista del local. Sus palabras mantenían mi atención casi al grado de embrutecimiento, sonreía, volteaba, gesticulaba de un modo que me hizo erizar todos mis vellos. Después de una aligerada plática me interrogó acerca de una prenda que ella quería adquirir, le comenté que no sabía nada al respecto, que tenía que preguntar a las demostradoras sobre ropa femenina, su mirada cambió de semblante y se acercó hacía mi diciendo QUIERO QUE TU ME ATIENDAS, mi rostro se sonrojó y le dije que me esperara un momento. Fui con una compañera para que me asesorá sobre la prenda. La chava complaciente y servicial me ayudó sin que el gerente notará mis intromisiones en terreno no permitido. Fui sin apresurame con la CHAVA DE RH para mostrarle la prenda, su pose era torturadora para mis pupilas, contenía una fragancia adictiva, algo embriagadora y sumamente desconcertante, me miró sin despegar sus ojos de los míos, le mostré la prenda y ella la tomó un poco desinteresada, me dijó que el motivo de su visita no era el comprar algo de la tienda sino que deseaba platicar conmigo. Antes de partir, me tomo de la mano con delicadeza rozando sus dedos con los mios y en esa acaricia solemne, ella había depositado un trozo de papel con un número telefónico.


Al siguiente día le hablé, al contestar, su voz sonaba algo titubeante y un poco delirante, me dijó que si la podía ver en la tarde y bueno como era mi día libre accedí de inmediato. Me citó en un parque de una zona en la que había un hipodromo antes, cuando llegué ella estaba sentada con un ligero aire de tristeza, al ver mejor su rostro noté algunas rastros de lágrimas, sus ojos contenían una humectación cristalizada que la hacía verse BELLAMENTE-TRISTE. Platicamos respecto a su estado y me dijó que su novio la había engañado con su hermana y que sentía una empatía colérica por la traición de su consanguinea, no por la de ROMEO. Traté de consolarla lo más que pude, hasta que en un recurso que siempre me da resultado en ese tipo de momentos, le logré sacar una sonrisa. Cuando la volví a mirar su semblante había cambiado a uno más vivaz y reluciente, sin más me preguntó sino quería acompañarla a su casa, la cual estaba a un par de cuadras de ahí, volví acceder embrutecido y dopado por su BELLEZA.

Caminamos hacia su puerta, el ocaso se acercaba, y los árboles se meneaban al compás de un aire fresco y purificador, las escalinatas nos separaban centímetros, ella me agradeció el haberla escuchado, resaltando que ambos eramos todavía desconocidos, sin contemplaciones , sin avisos, ni permisos, le di un beso, que al principio fue un poco timido, sin embargo ella lo aceptó y empezamos a frotar apasionadamente nuestros labios, su aliento me ahogaba, me asfixiaba, mientras su lengua entraba humedamente en mi boca, la tome de la cintura y el beso se volvió frenético, sus labios eran atrapados por los míos con ligeros movimientos circulares, ella me tomó de mi rostro y hundió toda su boca con la mía, dejándome sin respiración, mi mano subia cada vez más por su cintura hacia sus delicados pechos cuando se separó de mi bruscamene, me tomó de la mano y entramos a su casa. Volvimos al acto salival, los labios enloquecían por aprisionarse uno sobre el otro, el acto mismo nos hizo soltar un ligero gemido que salía disparado al aire cálido y semioscuro que nos rodeaba, ella comenzó a quitarme la playera, mientras mis manos recorrían sus pechos con total delicadez, pero con una lujuría absorbente, me tumbó sobre el sofá y empezó a besar mi pecho con ardiente deseo, recorriendoló todo hasta llegar a mi vientre, fue desabrochando mi pantalón, al mismo tiempo de que sus manos aprisionaban mi pecho, casi al grado de arañorlo, su mano llena de fiebre y cobrando vida propia acarició mi pene, masajéandolo lentamente, hundió su nariz sobre él, y su lengua dejaba rastros transparentes sobre la venosa carnocidad cada vez más hinchada. la levanté de la cintura, pero mis manos resbalaron hacia sus glúteos, mis manos agarraban todo su contorno redondeado, su trasero era encarcelado por desconocidos miembros lujuriosos, me hinqué despacio mientras mis labios rozaban sus pezones y bajaban por su contorneado vientre, Mi lengua frotaba con fervor su monte de venus, en busca de la deleitable embriagadez del deseo, bese todos sus labios, su clítoris se bañaba enrojecido por la humedad de mi boca. Sus piernas se alzaban al cielo, invitandome a unir nuestros cuerpos en un valle de despecho, resentimiento y olvido. Hundí mi miembro lentamente, comencé a moverme con discreción, cuando de repente ella soltó una lágrima de sus divinos ojos, yo la miré desconcertado y me dijó que siguiera, que lo estaba disfrutando, pero que no dejaba de pensar en JULIETA su hermana y en su traición, mi ritmo cambió y me separé de ella. le dije que no podía seguir si sufría y su mente volaba por el DESAMOR, le dí un abrazo y salí de su casa DESCONSOLADO partiendo hacia la noche, mi verdadero hogar.

Los días pasaron como pasa el viento sobre el follaje verdoso, las horas se volvían hojas desechadas por un escritor desangelado. Mi trabajo en la tienda, estaba por llegar a su fín y mi nuevo mundo universitario me esperaría con incertidumbre. Marey, la chica de RH, volvió a llamarme un día, me habló de su hermana y la conexión que las unía, su amor reconciliado y su total fraternidad vuelta a nacer entre ellas. Esa vez Marey lloro por la traición de su novio y Julieta, pero conoció a un chavo que le otorgó un momento que la hizo olvidar el dolor, pero que no podía amarlo. sino guardarlo como un simple recuerdo.

martes, 2 de octubre de 2007

LA SOLEDAD DEL HOMBRE LOBO


PATRAÑAS, eso dicen los escépticos, los que se pasan la vida criticando las cosas que, en nuestra realidad, pueden pasar, aunque sean catalogadas como excepcionalmente increíbles o que rayen en lo sobrenatural, cosas milagrosas ahogadas entre masas de incredulidad, analizadas, estudiadas, evaluadas; todo esto para encontrar alguna explicación LOGICA y terrenal, algún significado que pueda ser sencillamente traducido al lenguaje humano de la credibilidad. Cosas que pasan, suceden en los rincones del planeta, en las ciudades, en los campos, en las calles, hechos que no son registrados dentro de una bitácora científica, como algo, realizado o elaborado por fuerzas ajenas a la mano del hombre, a su orden contemplado. Lo no visible, lo subjetivo, lo no palpable, lo que emerge en una disyuntiva inexplicable, es lo que realmente sostiene al mundo de una catástrofe, de un exterminio, de una autoaniquilación, tanto de su habitat, como de si mismo. Una energía que, como el DIOS ATLAS, carga la bóveda celestial, al universo entero, a la existencia en su totalidad. Es un gobierno intocable, es un orden forjado en una perspectiva espiritual el que maneja todas las emociones, sentimientos, percepciones, sensaciones, razonamientos y una pléyade de cascadas extraordinarias que componen el cascarón, la armadura, el exterior, lo facilmente traducible.

¿ACASO HAY ALGUIEN QUE PUEDA DAR UNA DEFINICION INTEGRAL DE LO QUE ES EL AMOR?, claro que no, no se puede definir lo indefinible, pero se puede sentir en las profundidades del alma. Los seres que carecen de amor son autómatas. máquinas vivientes que transitan sobre sus senderos, sin voltear a los lados o ver donde dan el siguiente paso, seres que no interrogan su entorno, no cuestionan sobre si mismos más allá de lo que no ven. Si ponemos la sensibilidad sobre una cuerda de trapecio y bajo ella un precipicio lleno de calamidades, atascado de hogueras de vanidades, de tentaciones vacias e injusticias, esa sensibilidad se vuelve extinta, lo que ocasiona la descomposición del ser humano. ¿AHORA ALGUIEN PUEDE DEFINIR LA SOLEDAD?

Decía por ahí un buen anciano de las calles empedradas del centro "Los milagros existen y se encuentran entre nosotros, sin embargo a la mayoría de las personas no les ha sucedido tales acontecimientos divinos, muy pocas son las que pueden darse el lujo de ser elejidas por una fuerza de energía que cambia sus vidas, una escencia que rigue el empequeñecido mundo de los hombres. Sin los milagros el hombre pierde la esperanza, se deja llevar por un oleaje repetitivo, aburrido, que tarde que temprano lo harán sentirse mareado y completamente sólo, sin amor, sin nada. Naufragará en una isla paradisíaca que lo proveerá de alimento, herramientas y de un hogar, pero que no le brindarán más que su propia compañía, sin presencia alguna a su alrededor, sólo el viento, el calor y la humedad lo acompañaran hasta que salga de su nido tropical de placeres huecos. La soledad hará su prescencia y su mundo se verá envuelto en una niebla densa que lo aprisionará y asfixiará."

VA!, lo sobrenatural, los sentimientos, el amor, el orden divino, la soledad, la locura, una mezcolansa imprescindible en la vida de un LICANTROPO, de alguien que alguna vez fue un hombre que vivía en las colonias de la perdición, en calles marcadas por la violencia extrema, donde la ley del más fuerte era el PAN NUESTRO DE CADA DIA, donde el amor dejo de florecer y los náufragos encontraban en la insensibilidad su ruta de escape dentro de la niebla. En una tierra de ciegos, de invidentes colocados en estrechos caminos rectos y tubulares que solían ser recorridos solamente a gatas, arrastrandose en lodo, sobre la tierra de desgracias, de conformidades, de eternos letargos, de una insana convivencia. La ciudad de los muertos decían los foraneos, la ciudad olvidada por DIOS, comentaban otros, lo cierto es que era una ciudad solitaria, aunque sus vecindades, callejones y casuchas adornaban en forma exajerada sus entrañas, más sin en cambio el olvido, la incertidumbre y la infelicidad daban el toque mortal al ambiente.

Así fue como los primeros entornos de pobredumbre y hambruna influenciaron drasticamente al HOMBRE LOBO, lo trasformaron en bestia obligándolo a vivir de noche en la penumbra, donde acecha el que regala desgracias, el que te muestra las tentaciones y placeres en charola de plata, aquel que hostiga en los pensamientos, el que invade las oraciones y provoca la furia y la sinrazón. El Licántropo que empezó a vagar bajo sonidos de sirenas trágicas, bajo gritos de tortura, bajo los llantos de pequeños sin cobijo, bajo las jeringas ensuciadas de químicos, bajo las madres con cicatrices, bajo los ladronzuelos con su manojo de estopa, bajo tiroteos de miedo vestidos con plomo de enojo, bajo charcos de agua putrefacta y cuerpos inértes de animales descuartizados, bajo paredes grafiteadas y orinadas, bajo tatuajes y bailes de barrio, bajo alcohol y pulque, bajo música de cumbia y sonidos POLYMARCH, bajo escasas sonrisas y jugueteos en las esquinas, bajo las putas de las vecindades y los gemidos ardientes de briagos calientes, bajo la soledad eterna de un mundo egoísta y el amor envolvente de seres que crecen junto a tí.

AMOR, ODIO, SOLEDAD, MILAGROS, vaya forma de empezar a vivir, empezando a sentir, empezando a sufrir, empezando a creer en los milagros...

jueves, 20 de septiembre de 2007

El CAFE, EL BAR Y EL TABLE


Eran las 5 de la tarde, cuando salía del trabajo, estaba más agotado que una BABOSA después de recorrer un jardín, no tenía energía ni para irme a mi casa. El día en la oficina había sido desgastante, con juntas, visitas de PROVEEDORES, retoque de imágenes, PREPENSA hasta la MAD..., tomar fotografías y un CHINGO de cosas más. Mi cabeza estaba en el punto perfecto de ebullición, mi cuerpo pedía piedad al ritmo agobiante de horas que te sumergen en un ESTADO petrificado o más bien de PENDEJEZ extrema.

Tome mi MORENAZA y vámonos, TODO a la CHING....

Iba directo a mi casa, cuando decidí ir a tomar un café a COYOACAN, un lugar más que ideal para relajarme, bajar el estado estresante en el que me encontraba, acomodar bien las ideas, bueno las pocas que se lograban quedar en mi CABEZOTA y sobre todo disfrutar los bellos paisajes urbanos que te brinda este LUGAR tan peculiar y colonial. Aunque he de aclarar, que lo que más me gusta de ese rincón RESUCITADOR son las CHICAS, WOW! El cuello, es una especie de puerta de cantina, de esas que empujas y se vuelven a cerrar sin necesidad de llevarlas a su posición original, claro, es cuestión de tiempo, que en determinado momento a uno le llegue un dolor agudillo muscular, por andar cada ratito voltendo, en busca de un trasero llamativo, un cuerpo fascinante, un rostro imanizado, unos senos bien formados y firmes de alguna adolescente parlanchina de la plaza Centenario, o tal vez, encontrar en alguna de las bellezas andantes, alguien, una persona que acepte una plática improvisada, un HOLA recíproco, un beso en la mejilla robado o simplemente una sonrisa compartida que sea capaz de aumentar tu estado de ánimo decaido y deprimidón.

Las horas en ese lugar se esfuman como NOVIAS fugitivas, como amores perdidos, o como conquistas fracasadas por palabras maldichas y estrategias mal planeadas. Caminaba repetitivamente por todas las calles que rodean las plazas, una que otra mirada te atrapaba, te seducía, los cuerpos me hacían abrir los ojos, ya apunto de tirar la toalla, un poco soñolientos, sin embargo, el café hacia lo suyo, revitalizaba mis sentidos y VA DE NUEZ, haber si HORA pega el chicle. Y volvía a caminar, buscaba a alguien que realmente llamará mi atención, una personita que te de unos buenos CHOQUES ELECTRICOS en todo tu cuerpo con una simple ojeada. Paso así la noche, inundando con su negrura toda la arquitectura, todo los bares y las cafeterías. Y yo, bueno no logré conectar con ese alguien, pero, logré una que otra plática, una que otra sonrisa, uno que otro coqueteo, uno que otro teléfono, pero SIEMPRE existe ese PERO, vaya una etiqueta que me acompaña cada vez que trato o intento de emprender un VIAJE de CONQUISTA, PERO, pero, PeRo, JAJAJA, TU siempre con pretextos.

Tome mi morenaza, mi SUZI, esa que nunca me abandona, esa que se deja acariciar, manosear y aceptar una que otra erección involuntaria y nunca de los nuncas se queja o replica o resonga, no, todo lo contrario, se siente alagada y permite que entre directamente en contacto con ella, sólo METO, doy vuelta, acelero y VAMONOS. Directo al bar, ese de la CONDEZZI que siempre me saca de apuros, cuando los cafés y la inspiración FRESQUI-JIPPIE-DARKI-CHOLITA-EMO no se da en ningún callejón de COYOLANDIA. Iba a toda su PU.. MAD.. sobre Insurgentes, metiendolé adrenalina a la situación, puro NITRO del bueno, de ese DESPIERTA-PENDEJOS, 80, 90, 100, 120, 150, ah, AH, AAAHHH!, no te pases, sentía como una energía revitalizante entraba por todos mis poros, crecía, como las SECUOYAS alimentadas con puro CHOCO MILK. RUNNNN, RUNNNNN!, Chingue su, total, tengo nueve vidas en mi AMARGA EXISTENCIA.

Salgo de la penumbra, donde no existe la luz, carencia total de AURAS. Me desconectó momentáneamente de SUZI, AY mamazota, tu siempre me consuelas, y camino por las calles abandonadas, sin presencia alguna de seres humanos. Caminó, bajo los destellos de una LUNA completa y extasiada, LLENA en todo los límites, cruzó hacia NUEVO LEON, y empiezó a ver sombras que se dirigen a los festines, a las ORGIAS de música, de baile, de erotismo, de conquista. VEO el CAFEINA, sopas, hasta su madre, ni pedo, mi segunda opción, SASSSS!, el AM, todavía sus puertas cerradas a la parranda y al despapaye, chispas, mi tercera opción, El PATA NEGRA, no, no, no, parece vagón del metro en la estación de PINO SUAREZ de 5 de la tarde a siete de la noche en días de quincena, CHIN, ni modo, mi cuarta opción y aquí si entro a HUEVO, el CELTICS. Al parecer está medio aglutinado, algo reventado, uy, hay un chingo de gente esperándo, JEJEJE, a meterse a la fila, un ligero, manoteo de HOLA al JEFE de SEGURIDAD y adentro, un abrazo, otro abrazo al gerente, vaya, vaya y otro a mi mesero preferido, como en FAMILIA. Le pidó una NEGROTA ESPUMOSA directa del barril y de a litrote MMMMM! y empiezó a sacar la antena de sondeo femenil, TI, TI, TITITITITIT!. Como fondo musical, nada menos y nada más que el siempre VIVAZ y JUVENIL BON JOVI, OH, OH, LIVIN On a prayer. El ambiente, más que aceptable. Decidó dar un rondin de CHEQUEO, cada paso, cada movimiento, cada meneo de manos y pies constituyen una trama directa de COQUETEO masivo, tiene que pegar, tiene que!. Veo verdaderas chuladas de DAMAS, volteo a la dirección contraria y más, subo hacia las pequeñas escalinatas, a un semisegundo piso y más, diantres y centellas BATMAN!, tienes que aplicarte en serio. Doy el primer sorbo a está gigantesca bebida y siento el néctar de los dioses recorrer mis entrañas poco a poco, exquisitez, suspiró y empiezó el sangoloteo noctámbulo, TUN, TUN TUN TUN!, a bailar, mientras los sorbos se ahogan uno por uno en mi boca. Otra chela carnal, le digo al BUEN WAITRESS, del mismo vuelo, le aclaró. El baile continuá y las chicas lanzan sus primeras miradas al BAILADOR SOLITARIO, Hi yo SILVER AWAY!, PUM!, activo los sensores oportunos, enciendo los atributos del CHORO, revisó el aliento, HAAAA!, bien, no huele a alcohol, un chicle no caería nada mal y manos a la obra. Veo un grupo de chavas, muy deshinibidas, bailando, brindando, gozando, platicando entre ellas, a primera instancia me dije, DIABLOS AYAX, un grupo de chicas es mucho más complicado acercárceles que siendo sólo una chica y puede que sólo quieran divertirse, nada de conquistas, cero hombres. Sin embargo, no podía despegar mi mirada de una de ellas, una guapura, una chica de pelo rizado rubio, cara delicada y hermosa, blancura invasora, detallada por inmensos ojos color verdosos, nariz pequeña y poco respingada, pómulos ligeramente amigables y coloreados finamente por matices rojizos, boca pequeña de color rosado, sin LIPSTICK, un cuello tentador a mordidas vampirescas y draculeanas, un cuerpo delgado, adornado por un blusón de tirantes que dejaban ver sus frágiles hombros y un escote en el que se percibia la gloria de sus senos, sus piernas largas y cubiertas por un pantalón MEZCLILLOSO deslavado deambulaban por el espacio en donde se hallaba el grupo de chicas inquietas. Me acerque lo más que pude hacia donde se hallaba, seguía con mi biberón de CEBADA y levadura, sentía un ligero aturdimiento lleno de nervios y escalofríos, de esos que se apoderan de uno cuando tienen en frente de su camino una prueba, una empresa, una batalla. La chica me miró con una sonrisa, YEPA! IJA!, la miró de igual forma y ella sonrié con mayor entonación voltendo su rostro hacia sus amigas, vuelve a voltear subitamente y me dice HOLA, NO MANCHES!, me ahorro la iniciativa y patitas pa que las quiero, que me LANZO a la CONQUISTA, le devuelvo el HOLA y ARRANCAN, sale por la izquierda el caballo GOLOSO un COMO TE LLAMAS, la yegua MAJA, se avalanza por la izquierda con un A..., el CABALLO AYAX, retoma la delantera y cuestiona, QUIERES BAILAR?, la belleza PURA SANGRE, no gesticula, ni menciona palabra alguna, simplemente inicia el RITO del BAILE ARABESCO, los potros meten la primera, se precipitan en las curvas, les crecen alas SRAS. y SRES. se han vuelto pegasos vuelan con movimientos seductores y embriagadores, entran en un trance erótico sublime, están a punto de estrechar sus labios, va, últimos 10 metros, a la cabeza el EQUINO AYAX, una trompa, una cabeza y la MAJA, la BELLEZA INDOMABLE sea apoderado del triunfo, ha provocado un corto circuito en las patas del POTRO, lo ha besado de una manera inigualable, exquisita, eso provocó una temblorina en la embestida de AYAX en los últimos metros.

Las melodías se apoderan de uno cabalmente, no dan tregua de seguir en el letargo, te insinuan, te acosan, te desgarran por dentro, mientras tus garras aprisionan el rostro embellecido de A... y tus labios siguen sin parar la sincronía majestuosa de una danza embriagadora. Las palabras son escasas, casi no existen, las miradas, el lenguaje corporal comunica todo, una lengua de mudos en una tierra de CABILDEROS, una conexión inmediata sin necesidad de trámites cansados, fastidiosos y repetitivos. Solos, bailando entre luces, humos, bebidas, gritos, palabrería ajena, borrachos, fastidiosos, mujeres al borde de un ataque de placer, bellezas huecas, mujeres conquistadas y conquistadoras. Fuegos artificiales saliendo de nuestros sentidos, donde los besos no se agotaban y las caricias empezaban a llegar. Sus amigas, pues, no existían en ese instante, aunque insistían en irse pronto, la amenazaban con dejarla. Yo, como un caballero en corcel, me ofrecí a llevarla a su castillo antes de nuestra MEDIA NOCHE (3 a.m.) sana y salva, sin rasgaduras de sensualidad, ni huellas de actos sexuales. Pero, como dije, SIEMPRE existirá el maldito PERO, las amigotas la tomaron salvajemente de la espalda y se la llevaron, sus últimas y casi únicas palabras recayeron en un ADIOS y en unos números dictados rapidamente. Su aliento, su perfume, quedo impregnado en mis ropas, en mi piel por el resto de la noche. Ella partió, pero mi animosidad creció, maduró y para un LICANTROPO como yo, la oscuridad se desvanece con el amanecer, todavía las penumbras decoraban los cielos y mis ojos no daban seña de querer cerrarse, así que partí rumbo al degenere.

Tome a mi negrita y empecé a colorear el camino con risas y destellos de alegría, a esa chica de nombre A... le tendría una danza de mejor encaje preparada en próximos encuentros, mientras tanto tenía que finiquitar el vagabundeo o como se dice, andar de pata de perro hasta que la conciencia, el dinero, la verguenza, el remordimiento y las lágrimas permitan.

UPS! Las puertas de madera en el SUR, precisamente en SAN ANGEL, son muy comunes, de igual modo pasa con las calles, llenas de piedras lijadas, pulidas. Pero hubo una calle que me atrapó, una calle que conecta a INSURGENTES con REVOLUCION en el mercado de las flores, esa calle relucía por la fachada de un lugar que se podría traducir como cautivador, enigmático, no, tal vez solamente como atrayente, indudablemente se trataba de un TABLE, claro, a estas horas de la noche, lo único atractivo para un TIPO un poco pasado de chelas, colorado por las altas temperaturas que lo acosaban, la anti-timidez que lo proyectaba y el desenlace añorado en una cama lo hacían seguir las migajas de pan hacia el portón de madera, hacia el IMAGE MENS CLUB.

Entre con una disponibilidad que se notaba a leguas, el chequeo infaltable de la entrada, el COVER mínimo de la caja y un guía que te dará un asiento con los mejores paisajes curvilíneos, el mesero hostigador ya estaba parado de lado de mi asiento antes de que yo lo ocupará, CHALE!, me ofreció la carta, UN VODKA- exclamé, y SR.- me dice el waitress, no quiere compañía, alguna dama de su elección, dije- bueno, traeme a la más GUAPA, no importa si no tiene el mejor cuerpo, quiero un rostro angelado a mi lado, aquí junto a mí-. Esperé por lo mucho, 5 min., la chica ya estaba ahí. AJA, WOW! y RECONTRAWOW! la damisela apenas parecía rebasar la mayoría de edad, morenita, con unos ojazos negros azabache, pestañas largas (NATURALES), cabello lacio alborotado, no muy alta, con un cuerpo de pavor, caderas perfectas, cintura estrecha, piernas bien dotadas, sus pompas, AY NANITA, redonditas, alzaditas y muy tentadoras, sus senos no eran muy grandes, pero perfectos para la palma de mi mano. Se sentó a mi lado y ni tarde ni perezoso le invité un trago, ANIS- dijo, AJA!, tan fuerte la chamaca, pus vamos a ver. Empezamos una plática cargada de tono, más que para conocernos, esas palabras se dirigían a los asuntos íntimos, sexuales, bueno cabe decir que todo lo hacíamos con mucho sentido del humor, risas, carcagadas,pellizquitos mutuos, roces voluntarios, caricias, palabras de historiales de vida, nombres, fechas y finalmente un delicioso BESO en su boca, tan profundo y prolongado que al terminar nuestras respiraciones, estás yacían en el umbral perecedero de la muerte. Me brindó su teléfono, sus datos particulares, donde vivía y sin más me propuso ir con ella alguna otra parte, algún otro sitio donde pudieramos compartir más que palabrería, aquellas que se vuelven mundanas, sin escencia después de haber abordado todos los temas posibles. Era casi hora de su salida, sali del TABLE después de haber bebido unos cuantos VODKAS con arandano, la esperé exactamente en la puerta, para que no huyera de mi. Tardó más o menos unos 20 minutos y salió reluciente y algo fresca. Me preguntó si traía coche, le dije que no, entonces se sorprendió un poco, no quiero irme en TAXI, quiero aprovechar el trayecto para calentar motores- me dijo con una sonrisa divina, CAMINA hacia la esquina- exclamé, traigo a mi MORENA, es fenomenal, te va encantar- agregué. Como trajiste a tu novia y te está esperando, no juegues conmigo- me dijo alterada, No traigo a nadie del sexo femenino conmigo, está es mi PRIETITA- señalando hacia donde estaba la SUZUKI. Empezó a reir como desquiciada, el alcohol influyó mucho, ya que había ingerido unos 4 copas de anis mientras charlabamos, de repente su cara cambió y DIJO- VAMONOS...

Continuará...

martes, 18 de septiembre de 2007

LA CANTINA Y LA ESCORT


Una noche de VIERNES, un poco fría y con una ligera ventizca, vagaba por las calles de la famosa COLONIA CONDESA, paseaba entre un mar de trivialidades existenciales, entre recuerdos nostálgicos de desamores y una soledad que, terca e hiriente me asechaba por el andador. Era casi media noche y los árboles se sometían a los constantes bufidos de un aire perturbador. Iba por la calle de Tamaulipas donde al inicio de la avenida, uno encuentra un silencio engañoso y una calma camuflajeada, y a medida que los pasos ahogan las calles, las luces embriagadoras, las voces huérfanas y el ruido de melodías campechanas se mezclan en el antes asilenciado ambiente y la antes oscura envolvente en donde uno busca refugio en bebidas que hagan un poco menos doloroso el trayecto de la vida. Paseas pensando en miles de cosas, pero al mismo tiempo tu mente se encuentra tan vacia que prefieres digerir imágenes que sabes, no te darán consuelo alguno, ni una mínima esperanza, ni un rasgo mediano de ánimo para seguir trotando en caminos sumamente áridos y rocosos del destino. Ves pasar personas tan entusiasmadas por la mágica velada que añoran disfrutar, unos se contemplan con miradas coquetas, otros lanzan discursos mareantes para cautivar a las damas, otros bailan en antros de fachadas bufónicas, venden apariencias, venden máscaras que duran una noche, venden placeres, te venden unas horas de alegría o descepción, de sexo o fracaso, de mentiras o verdades maquilladas, de rostros bellos o almas marchitas, de olores atrayentes o falsas promesas. Puedes ser conquistador en una tierra donde hay ciertas reglas para poder acceder al reino de la noche o puedes ser conquistado por alguien que secretamente yace fuera de tu sondeo, alguien entre esos o esas que haz mirado con insistencia, un alguien que se encuentra en las sombras, pero tu no eres capaz de ni siquiera percibir.

La luna iluminaba el ambiente con ligeras tonalidades blanquecinas, la negrura invitaba a festejar por un algo, eso que te mueve y es imposible traducir con unas pocas palabras, algo que nos mantiene a flote en una marea brava y cambiante. Ese algo, me provocó un severo cosquilleo cuando caminaba enfrente de una vitrina enmarcada por tintes verduzcos y con ligeros toques de marrón. En ella se reflejaba un rostro perdido, un rostro que vagaba entre miradas extraviadas y una multitud que la apricionaba, más sin embargo, esa hermosa cara, se encontraba en otro lugar muy distinto al de un bar. UNA DAMA, sola o probablemente sola en ese sólo instante, sentada con las piernas cruzadas, sus pies se meneaban como sube y baja al ritmo de una melodía popera, sus dedos llevaban a su boca el sabor del tabaco, mientras su otra palma estrechaba un vaso con líquido rojizo, sus cabellos caían como cascadas por sus estrechos hombros, desnudos y pálidos, una blusa de tirantes delgados adornaba su esbelta figura, la falda que se aferraba a su cintura era de mezclilla de un color azulado que hacía resaltar unas piernas inmensas y torneadas. El rostro que me hizo detenerme de una huida frenética a no se donde, era magistralmente decorado por unos labios carnosos, rosados en gran parte y ligeramente más grueso el inferior que su similar, su nariz era respingada y con ligeros brotes de pecas que la convertían en algo sumamente particular, sus ojos eran enormes, coloreados por una ola amielada y unas pestañas alargadas. Su pose equivalía a una incógnita, estaba sentada junto a la vitrina en una barra para personas que regularmente entran sin acompañante, por el contrario su lenguaje corporal emitía una clara inquietud de que tal vez, consumía su tiempo a la espera de ALGUIEN.

Decidí entrar al BAR, camine hacia la entrada y mire un aglutinamiento extremo en las cercanías, era un poco complicado caminar, la gente bailaba, tomaba TARROS o algún COCKTEL que los hicieran apaciguar y endulzar, o tal vez amargar, su intolerable apariencia diaria. Miraba agudamente hacia donde se encontraba la DAMA de la vitrina, la distancia era cada vez menor entre ella y un FORAGIDO de la vida. Su espalda proyectaba una belleza fastuosa, una palidez y textura única envuelta entre humos de cigarro y luces tímidas. ATREVETE COBARDE, HABLALE NO PIERDES NADA, ESTA SOLA, PIERDE LA TIMIDEZ, JAJAJA, ACERCATE, POCO A POCO, ELLA NO TE MIRA, NADIE LE HABLA, QUE EXTRAÑO?, EMPIEZA CON UN SIMPLE HOLLAAA!!.

-Que tal como estás?, BIEN,
-Esperas a alguien? SI, pero al parecer no llegará.
-No quisieras tomar algo? Bueno, todavía no me acabo mi BEBIDA, pero si me gustaría,
-Qué quieres? Un TEQUILA.
-Ok!.

Una plática básica y sin encrucijadas revoltosas o laberintos lógicos provocadores de JAQUECAS. Un HOLA y bastó para entrar en su espacio, en su momento. Una soledad que parecía inminente, una noche más sola -DECIA, en tono de broma,-.

Platicamos aménamente durante toda la velada, compartiendo experiencias, sonrisas, tragos y preguntas, mientras el tiempo ponía condiciones de juego, limitaba el acto teatral, donde la comedia, el drama y la sensualidad hacen una mezcolansa de un TONICO que quisiera probar más seguido. Una página dotada de cientos o miles de palabras que se sumaban a nuestro libro de vivencias, de encuentros espontáneos. Una improvisación más que oportuna entre guiones mundanos y vacios. Una salida con retorno, pero que valía la pena hacerla.

-JAJAJA- reía con su semblante mágico e imanizado
-Te gustó- Pregunto, infantilmente
-Que no ves que no puedo parar de reír- me dice, al mismo tiempo que su risa se vuelve carcagada.
-No te vayas a ahogar- mientras rió apenado contagiado por su particular modo de expresar su alegría

Los sonidos aturdian y bloqueban nuestra plática, gritabamos para poder escucharnos, ella contemplaba mi ojos, atendiendo cada palabra, cada gesto, cada movimiento y cada coqueteo conciente o inconciente. La multitud iba desvaneciéndose poco a poco, como si un gran borrador se paseara por el entorno, envolviéndolos de una capa cristalina de transparencia. Sus pláticas, sus bailes, sus TRAGOS, sus choques de copas, sus FAJES, sus conquistas, sus fracasos de la noche, todo perecia entre luces fugaces, melodías muertas y olores a erotismo. Solos, en una isla con barrera, solos admirándonos como niños con juguete nuevo, solos esparciendo algo de nosotros entre nosotros, solos conspirando por amanecer enlazados, abrazados, cobijados por sábanas de sudor madrugador, solos para irnos solos y TAL VEZ volver a vernos.

Las 4 de la mañana y el lugar se vacía, dejando solo cenizas y polvo, escencias y cuerpos inpresentes, ecos y besos perdidos, propuestas sin respuesta. Vacío, como muchos que intentaron y no pudieron, quedando bajo la compañía de esa MUJER FATAL, AY Soledad, tu nunca abandonas a nadie, eres la eterna seguidora de aquellos que no supieron lanzar bien los dados.

Ella y Yo, nos disponemos a salir:

-Los pasados son impenetrables para aquellos de sólo un momento- comenta, al mismo tiempo que me toma del rostro
-No puedes poner toda la carne en el asador si no estás seguro de volver a ver a ese individuo-, dice con un aire entrecortado.
–De que hablas-, replico con sombras de duda
-Te puedo decir cosas sobre mi, tan aparentes como mi presencia en este lugar, pero no me pidas que te hablé de lo que fui, por que esa en este instante no se encuentra, dejale un mensaje y es probable que lo responda en futuras conversaciones-, habla, sin poder darme tregua alguna.
-El amor, yo he amado, pero hasta ahi, no puedes cruzar ese umbral si no estás seguro que hay detrás del enrejado- Me dice simpaticamente.
–Yo estoy seguro de lo que tengo que hacer, no necesitas guiarme de la mano-
-Puedo compatir la cama con alguien, por que estoy dispuesta a hacerlo, quiero sexo y lo vendo, no lo regalo, ese es mi trabajo, me dedico a vender placer, caricias, besos, abrazos, coitos. Ahora que lo sabes no cambiaras de opinión y te iras como entraste, me gustas, no lo niego, conóceme o marchate y dejamos las cosas en paz, no me cuestiones más, tus palabras no son tan efímeras, ni volátiles, tu presencia fue agradable, pero tengo que irme y no te irás conmigo, al menos que quieras entrar en mi mundo, quiero saber si hablaste por hablar, si bebiste y me hiciste beber por SEXO, un hombre busca eso, claro, no lo voy a negar, pero tu fuiste algo, no muy cotidiano, distinto, sin más preámbulos, soy ESCORT, y no me gusta aparentar, pude haber mentido, pero la memoria no nos es suficiente para mentir siempre con éxito, las verdades o realidades- habla y habla y habla, no puedo digerirlo tan rápido, mi sorpresa fue, francamente, delirante. Es más me intrigó sus verbos y adjetivos, sus predicados y adverbios, hizo que mis ojos la devorarán lentamente, WOW! QUE MUJER!
-Esperaté tantito, vas muy rápido, por lo regular yo soy el que corro, pero tu me ganas- Le contestó sonriendo.
-Estoy muy pasada de copas, que es lo que me haces, vaya HOY PERDI UN CLIENTE, pero gano una conciencia, estoy cansada, no me acoses con tus.... eso, ten, este es mi número, sino llamas... ADIOS, un simple adiós, sin besos...- Dice mientras toma su auto y se aleja de MI..

Nombres, no existen, sólo seudónimos. Mentiras, bueno, todos sin excepción las decimos, un mundo plagado de apariencias falsas. Historias, a veces las inventamos, otras las maquillamos y retocamos para hacerlas más atractivas, pero déjenme decirles amable público que está historia paso TAL CUAL. Segunda CITA, JAJAJA, esas existen siempre y cuando un alguien haga una llamada telefónica a otro alguien, en concreto, SI LO HICE, pero esa, fue OTRA NOCHE MAS DEL LICANTROPO...

viernes, 7 de septiembre de 2007

DEL VINO Y SU LOCURA


El beber, oh que arte éste, el de poder saborear líquidos destilados, reposados, cosechados y tratados. Una cava maldita que nunca se acabará debajo de ese sótano húmedo y escondido, aquel que yace dentro de nosotros. Oh adoradores del vino, de la chela, del tequila, del vodka, del whisky, del ron, del brandy, del anis, del champagne, aquellos que impacientes esperan el momento para deleitarse de la amarga bebida, ésta que ocasiona que actuemos como LOBOS en brama, que nos hace bailar como todos unos PACHUCOTES, que provoca el libre tránsito de palabras con aliento desfigurado; los sorbos, unos cargados de furia y pasión, otros de apaciguamiento, relajación y entablamiento; tragos que se desbordan por las paredes linfáticas con expresiones de enloquecimiento y actitudes cambiantes, YEAH! Torrentes rasposos, acuosos y viscosos que llevan una oleada de contrastes, una marea elevada capaz de rejuvenecer al más viejo o embejecer al más niño.

Ay! Alcocholito, tu que complementas los granos, las cebadas, las vids o los magueys, ese complemento que trasciende en la mente; contamina su ambiente y lo cubre temporalmente de una locura retocada. Los poetas surgen gracias al VINO, se desata un resurgimiento de soñadores, cuando el brebaje invade a incalculables seguidores, novatos o expertos, nadie nace experto bebiendo, eso se hace con el tiempo, y el tiempo congratula a todos aquellos que logran el BUEN BEBER.

Cuando uno transita las calles dentro de la noche, el deseo por sentarse a disfrutar una copa es el pensamiento más común de los NOCTAMBULOS. La noche se hizo para disfrutarse, y en ese regocijo, el caminante de penumbras busca sus objetivos primordiales: LA BEBIDA y LAS MUJERES, OH LA LA! Mucho se ha comparado a la creación perfecta celestial con la creación perfecta terrenal, es decir LA MUJER Y EL VINO, ambos conjuntan los mayores deseos, sueños y placeres dentro de la existencia. Se han escrito infinidad de versos, poemas, ensayos acerca de tan grandes creaciones; muchos suicidios son provocados por ambos, ya sea por el deleite enloquecido, por los excesos o por las múltiples visiones imaginarias o reales que se improvisan tétricamente en la fastuosidad del género humano.

DIOS creo a la mujer, pensando en la soledad y en la minúscula presencia que representaba el hombre en el paraiso, el hombre quedo agradecido por semejante REGALO; una compañera, que más que eso, lo llevo a perder la cordura de sus pensamientos y a tratar de crear todo un mundo para ella. El HOMO, en su camino por la ambivalencia y la dualidad torturante que pulsaba en él, gracias a los encantos de las FEMINAS, creó el VINO, un apaciguador de su relidad, un escape cósmico que le permitía circundar en los límites del tiempo, en el desenfreno desquiciado de un viaje que traspasaba de la alegría a la tragedia. Su invento ocasionó un cambio total en su entorno; el hombre no sería el mismo jamás.

Por lo pronto, me iré a tomar unos tragos, MODERADOS, de un vino TINTO.

A su salud

miércoles, 5 de septiembre de 2007

El nacimiento de un SONAMBULO


Una de las cosas que siempre me ha aquejado desde pequeño es el de continuar mi sueño en el mismo sueño pero despierto, ah chirriones y como es eso, bueno en definitiva y sin más chismorreo padezco lo que se denomina SONAMBULISMO, un estado patológico o mejor dicho TRANSTORNO en el que se desarrollan actividades motoras mientras el sueño invade nuestro cuerpo. La inconsciencia permanece como una característica en el individuo que suele padecer esta peculiar forma de andanza noctámbula, donde la incomunicación con el mundo exterior es practicamente nula. Se desarrolla en las etapas donde el sueño está en su pleno apogeo, que CARAY.

Está forma tan meticulosa de caminar por la casa, o por la habitación, es francamente, una tortura, cuando los miembros de tu familia, testigos mordaces de la desventurada andanza del ENFERMO-NO ENFERMO, empiezan a interrogarte como miembros de la CIA sobre si tus recuerdos tienen una cinta reciente de lo acontecido en la última o últimas noches, VAAA. A quien en su sano juicio, BUENO NO ME INCLUYO, tiene una bitácora de todos los movimientos activos o pasivos de lo que tu CONDENADO CUERPO haga durante la noche, cuando se supone debes estar aplastadote en el colchón. Los recuerdos ni siquiera llegan a ese ESTATUS, no puedes memorizar nada, hay veces que ni siquiera recuerdas los sueños tan deliciosos que se impregnan en tu empapada CABEZOTA durante una madrugada calurosa. De estos acontecimientos tan, digamos, algo no muy dignos de ser contados por todos como cuentos de MICHAEL ENDE o JULIO VERNE a una audiencia que incluye hasta a la señora de la esquina, te llegas a enterar por boca de AJENOS, SACOS, y yo que creía que tenía secretos, AHA.

Nunca imagine, ni por tantinto, que tuviera vida de parrandero a la edad de 5 años, a eso se le llama ser precoz. Juguetenado en la oscuridad con mis carritos marca PATO imitación barata de HOT WHEELS; o que llevará a darle de comer al perro a las 2 de la mañana, como si el CHIRRIS (ASI SE LLAMABA MI PERRO) tuviera ganas de sangolotear la cola a esa hora; o que me sentará en la cocina a simular que estaba comiendo en mi plato de E.T. o los THUNDERCATS; o que a plena luz de luna saliera a pintar CARRETERITAS con gis, de no se donde DIABLOS lo saque; o que, en casos más extremos, intentará brincar por la ventana de un 3er. piso, creyendome SUPERMAN, vaya ironía, UN SUPERMAN salvado por una mano santa que logró pescar la pijama de franela del pequeño, en cuestión de segundos, ORALE; o que intentará recorrer el vecindario en un día lluvioso, UPS, sino fuera porque mi puerta estaba atrancada con doble cerrojo, tal vez lo hubiera hecho; o que en casos ridículos, me sentará a lado de la cama de mi ABUELITA y le empezará a cantar la melodía de REMI (CARICATURA JAPONESA OCHENTERA DE UN CHICO HUERFANO CON UN ANCIANO CANTOR), jajajaja.

A que experiencias aquellas, que me dejaron una ojeras tremendas y una que otra ampolla en los pies. Creo que bajaron de NIVEL através de los años, más o menos, y gracias a ellas me convirtieron en el amante de la noche más PEQUEÑO de los NOCTAMBULOS, no lo sé, pero esa suposición tenga TAL VEZ algo de cierto.

jueves, 30 de agosto de 2007

EL INSOMNIO


Trato de cerrar los ojos, pero ellos continuan mirando en la penumbra de mi habitación, el ruido de las sirenas a lo lejos adornan la jungla que yace dormida casi en su totalidad. Doy la vuelta y el calor de la noche hace más ligera mi respiración. El tic tac del reloj de pared imita graves estruendos que aquejan mis oídos, el sumbido de un aleteo roza mi rostro y pasa de largo aumentando mi desesperado intento por conciliar mi sueño. Vuelvo a cerrar los ojos mientras mi cuerpo suda el acoso de unas mantas acolchonadas y con olor a lavanda. Pasa un lapso de no más de diez minutos y parece que traspaso el umbral del primer sueño, cuando de repente un ladrido perdido en la oscuridad penetra en mi espacio y los párpados se abren. Miro las manecillas y es media noche. El viento sopla ligeramente sobre el follaje y las ventanas suplican no ser torturadas por ramas insistentes.

Me siento algo cansado, sin embargo no puedo concentrar mis sentidos para abordar el barco hacia una inconciencia relajante en un mundo donde todos podemos ser reyes, donde el corazón no late pero aún así caminamos entre superficies que se desvanecen. Vivimos en la compleja relación de algo que existe, pero que no existe a la vez, abrimos puertas que conectan mundos ajenos y situaciones inverosímiles. Somos algo indefinido, que es capaz de arrastrarse en dimensiones amorfas. Conciliar, esa es la palabra. Dormir, ese es el verbo. No duermo, sólo fingo hacerlo, mi cuerpo lo detecta y queda varado en el crepúsculo de la conciencia. Nada es definitivo. Todo es una incógnita.

El insomnio golpea mi letargo, abusa de mi cansancio, expulsa el mágico momento de trance existencial, no permite desvanecerme en mares de calma, en tierras absurdas. No quiere muertes simuladas, aprisiona al conciente para permanecer en la realidad humana. Sin embargo mi cuerpo obliga a mi mente al descanso. Una pelea que tal vez dure toda la noche, una lucha con límite de tiempo donde las carcagadas se hacen escuchar. Risas apagadas, pero perceptibles en mi oído.

Me levanto de la cama y caminó a la cocina, prendo la luz y me cega ferozmente, bebo un poco de agua y me tallo los ojos, noto un ligero ardor en los párpados. Vuelvo a la cama y miró el reloj, SEIS DE LA MAÑANA (HORA DE EMPEZAR EL DIA).

Absurda situación el querer y no poder.

miércoles, 29 de agosto de 2007

LA NOCHE


La noche, oh amarga locura, fúnebre retrato de una conspiración placentera, un velo uniforme que acentúa los instintos de las masas, una novela tétricamente absurda donde las miradas despiertan a un bazar de monerias y cantos delirantes, oh noche, tu que envenenas con brebajes malditos a todos aquellos deseosos de placer, aquellos que sueñan con caminar en nieblas húmedas, en aparadores coloreados por una locura desenfrenada.

Aquel que disfruta de noche la vida, juega con la rayuela de la existencia, porque ha mirado el lado oscuro de la luna y una vez visualizado el rostro oculto, éste se encamina a tentar todos tus sentidos, a encadenarte a un valle de máscaras, en donde el rey de la máscara de oro, observa atónito los rituales de los iniciados. ¿Cuál es tu máscara? La de sacerdote, de erudito, de sabio, de ermitaño o prefieres la máscara de bufón, de saltimbanqui, de mimo o acaso la de un payaso. Elige un rostro y una identidad y sal de tu hoyo para adentrarte al abismo de la noche.

CARPE NOCTEM diría el LICANTROPO deseoso de víctimas. Haz de la noche tu paraiso, tu fantasía. Adéntrate en el tétrica guarida del lobo, caminando lentamente por los senderos que te conducirán a tu destino momentáneo; una fotografía que estará lista en 5 minutos mientras tu reloj aguarda sereno en la muñeca que se transformará en exclava. El colmilludo sabrá despejarte de dudas si consultas a la luna y el viento te lleve por avenidas iluminadas, sonidos estrambóticos y piernas humectadas, vestidos de terciopelo, mezclilla desalineada, peinados multiformas y bebidas transportantes. Mira aquellos pechos centelleantes, observa esos traseros andantes, mira, porque ellos miran.

Sólo en la oscuridad entre risas, llantos, gemidos y pudores conoceras el engendro que se cosecha cuando el SOL HA MUERTO POR TRILLONESIMA VEZ y el crepúsculo anuncia la llegada de las bestias que yacen escondidas en la penumbra de la inconciencia. La diosa NIX comenzará a palpitar sobre ti hasta llegar a fastidiar tu palidez existencial.

¿Si eres exclavo del día, porque no serlo de la noche?. Vive lo no visto en la colérica marea del día, camuflajea los sentimientos y empieza a entender que las tinieblas se separaron de la luz, cuando la luz dejo de ser la belleza celestial. Dios creo la noche, no sólo para apaciguar el sueño sino para que vivas tus sueños frenéticamente.