martes, 2 de octubre de 2007

LA SOLEDAD DEL HOMBRE LOBO


PATRAÑAS, eso dicen los escépticos, los que se pasan la vida criticando las cosas que, en nuestra realidad, pueden pasar, aunque sean catalogadas como excepcionalmente increíbles o que rayen en lo sobrenatural, cosas milagrosas ahogadas entre masas de incredulidad, analizadas, estudiadas, evaluadas; todo esto para encontrar alguna explicación LOGICA y terrenal, algún significado que pueda ser sencillamente traducido al lenguaje humano de la credibilidad. Cosas que pasan, suceden en los rincones del planeta, en las ciudades, en los campos, en las calles, hechos que no son registrados dentro de una bitácora científica, como algo, realizado o elaborado por fuerzas ajenas a la mano del hombre, a su orden contemplado. Lo no visible, lo subjetivo, lo no palpable, lo que emerge en una disyuntiva inexplicable, es lo que realmente sostiene al mundo de una catástrofe, de un exterminio, de una autoaniquilación, tanto de su habitat, como de si mismo. Una energía que, como el DIOS ATLAS, carga la bóveda celestial, al universo entero, a la existencia en su totalidad. Es un gobierno intocable, es un orden forjado en una perspectiva espiritual el que maneja todas las emociones, sentimientos, percepciones, sensaciones, razonamientos y una pléyade de cascadas extraordinarias que componen el cascarón, la armadura, el exterior, lo facilmente traducible.

¿ACASO HAY ALGUIEN QUE PUEDA DAR UNA DEFINICION INTEGRAL DE LO QUE ES EL AMOR?, claro que no, no se puede definir lo indefinible, pero se puede sentir en las profundidades del alma. Los seres que carecen de amor son autómatas. máquinas vivientes que transitan sobre sus senderos, sin voltear a los lados o ver donde dan el siguiente paso, seres que no interrogan su entorno, no cuestionan sobre si mismos más allá de lo que no ven. Si ponemos la sensibilidad sobre una cuerda de trapecio y bajo ella un precipicio lleno de calamidades, atascado de hogueras de vanidades, de tentaciones vacias e injusticias, esa sensibilidad se vuelve extinta, lo que ocasiona la descomposición del ser humano. ¿AHORA ALGUIEN PUEDE DEFINIR LA SOLEDAD?

Decía por ahí un buen anciano de las calles empedradas del centro "Los milagros existen y se encuentran entre nosotros, sin embargo a la mayoría de las personas no les ha sucedido tales acontecimientos divinos, muy pocas son las que pueden darse el lujo de ser elejidas por una fuerza de energía que cambia sus vidas, una escencia que rigue el empequeñecido mundo de los hombres. Sin los milagros el hombre pierde la esperanza, se deja llevar por un oleaje repetitivo, aburrido, que tarde que temprano lo harán sentirse mareado y completamente sólo, sin amor, sin nada. Naufragará en una isla paradisíaca que lo proveerá de alimento, herramientas y de un hogar, pero que no le brindarán más que su propia compañía, sin presencia alguna a su alrededor, sólo el viento, el calor y la humedad lo acompañaran hasta que salga de su nido tropical de placeres huecos. La soledad hará su prescencia y su mundo se verá envuelto en una niebla densa que lo aprisionará y asfixiará."

VA!, lo sobrenatural, los sentimientos, el amor, el orden divino, la soledad, la locura, una mezcolansa imprescindible en la vida de un LICANTROPO, de alguien que alguna vez fue un hombre que vivía en las colonias de la perdición, en calles marcadas por la violencia extrema, donde la ley del más fuerte era el PAN NUESTRO DE CADA DIA, donde el amor dejo de florecer y los náufragos encontraban en la insensibilidad su ruta de escape dentro de la niebla. En una tierra de ciegos, de invidentes colocados en estrechos caminos rectos y tubulares que solían ser recorridos solamente a gatas, arrastrandose en lodo, sobre la tierra de desgracias, de conformidades, de eternos letargos, de una insana convivencia. La ciudad de los muertos decían los foraneos, la ciudad olvidada por DIOS, comentaban otros, lo cierto es que era una ciudad solitaria, aunque sus vecindades, callejones y casuchas adornaban en forma exajerada sus entrañas, más sin en cambio el olvido, la incertidumbre y la infelicidad daban el toque mortal al ambiente.

Así fue como los primeros entornos de pobredumbre y hambruna influenciaron drasticamente al HOMBRE LOBO, lo trasformaron en bestia obligándolo a vivir de noche en la penumbra, donde acecha el que regala desgracias, el que te muestra las tentaciones y placeres en charola de plata, aquel que hostiga en los pensamientos, el que invade las oraciones y provoca la furia y la sinrazón. El Licántropo que empezó a vagar bajo sonidos de sirenas trágicas, bajo gritos de tortura, bajo los llantos de pequeños sin cobijo, bajo las jeringas ensuciadas de químicos, bajo las madres con cicatrices, bajo los ladronzuelos con su manojo de estopa, bajo tiroteos de miedo vestidos con plomo de enojo, bajo charcos de agua putrefacta y cuerpos inértes de animales descuartizados, bajo paredes grafiteadas y orinadas, bajo tatuajes y bailes de barrio, bajo alcohol y pulque, bajo música de cumbia y sonidos POLYMARCH, bajo escasas sonrisas y jugueteos en las esquinas, bajo las putas de las vecindades y los gemidos ardientes de briagos calientes, bajo la soledad eterna de un mundo egoísta y el amor envolvente de seres que crecen junto a tí.

AMOR, ODIO, SOLEDAD, MILAGROS, vaya forma de empezar a vivir, empezando a sentir, empezando a sufrir, empezando a creer en los milagros...

No hay comentarios: