viernes, 19 de octubre de 2007

DON MIKEY y la dama de rojo


Inconsistencia del ser o la amarga presencia de fantasmas del pasado, de recuerdos que se acumulan poderosamente sobre el empequeñecido y minísculo punto que ocupas en el universo. Una fuerza acumulativa que te acosa como un pervertido sin raciocinio, como un pedófilo en un jardín de niños, una energía que te empuja hacia las cataratas de purificamiento o tal vez, a una resurrección necesaria de esta insoportable pesadez del ser. La braveza de la fuerza te enfrasca en un coma, en un sueño obligatorio escenificado por memorias que te acuchillan como carnicero, las destasa en cientos de cuartos llenos de hermosas vivencias, de desgracias, de muertes, de alegrías, de amores o de placeres. Pensamientos continuos que rondan en la cavidad de tu cabeza, se sumergen y transitan en tu red de neuronas, uno tras otro van pasando sobre el proyector, ese que sirve para magnificar las circunstancias, para empequeñecer los delirios y saborear los idilios. Escencias, almas, espíritus, mentes, todas ellas bajo el yugo impertinente de sus cuerpos, esos moldes que fastidian o que hacen banagloriarse, vociferar a los cuatro vientos la hermosura o la fealdad de los vestidos, estos fieles acompañantes mortales. Polvo y sombra, eso es lo que son, se desvanecen en el tiempo alimentando la incógnita y aumentando la locura, aumentando los llantos y las sonrisas, las lágrimas y los miedos por aquel vacío que crece como un hoyo negro dentro de nosostros, obligando a morir y vivir de nuevo, a rencarnar o volver a empezar.

El comienzo, doloroso viaje que inicia en los remolinos de agua, éstos que son provocados por la succión repetitiva de bombas recicladoras. Gotas, lluvia cristalina que empapa las pieles y los deseos, los rostros y las miradas, cientos de pequeñas acumulaciones de agua que brotan de tubos delgados, las empujan hacia el espacio, hacia los cielos, una
por una caen a los pies de bases rocosas y ornamentadas, circulares la mayoría, con adornos elípticos u ondulados. Al centro, una torre de roca tallada con varios niveles, 4 para ser exactos, y flanqueada por unos coyotes petrificados, quizá por alguna medusa de nuestro días o quizá por alguna erupción catastrófica que los llevó a quedar inmóviles eternamente.
Bestias de la noche acorraladas por pomposas fuentes, por un grupo de tubos que escupen y engullen agua bañandolos diariamente, limpiándolos de su morbidez, de su completa docilidad hacia el ambiente. Sentado sobre el contorneado bardeado de la fuente, en el centro de la PLAZA CENTENARIO, estoy pensando en el pasado y bloquendo el presente. Imágenes que vienen, me coquetean, me cortejan para de improviso, irse hacia la fuga, entre árboles y jardineras, entre globeros que van y se empeñan en hipnotizar a pequeñuelos, entre pepiteros y sus golosinas de amaranto y miel, entre bullicio desencadenado de música, de gritos y risas, de pláticas fraternales y tamborileos, entre tatuajes sobre ruedas y piercings de 2x1, entre bandas de adolescentes y llantos de estómagos vacíos, de niños índigenas confundidos con el asfalto, entre olores de cafe del JAROCHO y señoras que tejen, que venden y muestran sus manualidades a cuerpos que
van, que vienen, entre librerías y bohemia, de esa que se contagia con una simple guitarra y algunas copas de ron, de tequila, entre letras de rolas escuchadas, entre charlatanería esoterica, la que vende autoestima, la que otorga futuros inciertos y lecturas que se acercan más a una psicología corporal, entre una fascinante mezcla de sentimientos, entre el amor y la felicidad, entre el odio y el egoismo, entre la envidia y los celos, o entre la magnánima certeza de que el mundo sigue su curso sin importar las tragedias o los triunfos de particulares, simplemente sigue hacia el fin de los tiempos o hacia el fin de la era del hombre.

Veo el goteo continuo de la fuente sobre la palma de mi mano, hago algunos contornos líquidos sobre la superficie sedimentada, dibujo algo que, al principio se asemeja a una caperuza, idéntica a la del cuento de LOS HERMANOS GRIMM, sólo que en ella no se hallaba cuerpo alguno, ni un sólo rastro de alguna niña con canasto. El volumen de las gotas realzaba la silueta de lo plasmado con agua, mientras mis dedos húmedos seguían las líneas invisibles de algún camino secreto. El día moría nuevamente entre un viento fresco y algo frío, el cielo se encontraba despejado sin nubes que estorbaran su azulada apariencia, en donde el sol se aferraba desde el horizonte, se aferraba a no ser apagado, a no dormir entre las sombras de un universo fúnebre y oscuro, a no morir entre estrellas lejanas y galaxias ajenas, a no morir en la soledad de su ardiente existencia. Una melodía se filtraba por los estrechos, por los pequeños orificios que quedaban entre las masas, una rola que
hablaba del amor en su más estilo empalagoso, una canción ochentera, que por extraño que parezca, sonaba en medio de generaciones totalmente distintas a este género musical, recorría las angostas pasillos de la plaza y trataba de colarse en la variedad, entre las rolas rastafari y los sonidos dark. Miré con curiosidad el origen del sonido, I JUST CALLED YOU SAY I LOVE YOU, decía el Steve en un pequeño bar de la zona; Wonder su apellido. Esto me hizo recordar ciertos pasajes de una película de los ochenta titulada LA CHICA DE ROJO, en la que el actor, un poco torpe y desalineado intenta conquistar a una bella modelo, después que éste, queda totalmente extasiado al verla bailar al más puro estilo de MARILYN MONROE, encima de un alcantarillado del subterráneo; sus movimientos cadenciosos, llenos de deseo y alojados en la sensualidad corporal, hicieron que el protagonista, se quedará, francamente, en un estado de IMBECILIDAD, anonadado, fuera de sí, mientras la dama pintada en tonos carmesí se deja llevar por el baile silencioso de un viento que la invita a disfrutar de sus encantos. Ah, que película, años y años sin haberla recordado y de repente sale a flote por esa canción en particular que por cierto, perteneció a su banda sonora.

Se esfuma, se vuelve silencio y siguó caminando entre valles de multitud. Perdido en mi mismo, siguó pasos que alguna vez, sintieron el mismo piso y la misma situación, miró como un pequeño pide limosna y ruega por unas monedas, las personas pasan sin mirarlo, sin hacerle caso, ni siquiera para decirle no; al otro lado de la calle un perro guía a un invidente sobre la acera, cuidadosamente lo encamina hacia un destino trazado, algunos chicos se sorprenden por la belleza del animal, algunos lo acarician, otros simplemente lo admiran con la vista y le envían una sonrisa discreta. Miró las manecillas del reloj, las 7 de la noche, la luz del día se percibe todavía sobre el cielo, aunque hacia el Oriente se deja ver una semioscuridad, un leve manto de la negrura de mi amada madre, la NOCHE. Siguo sin rumbo, mirando, sintiendo, aislado en la cordura de mis pensamientos, entretejiendo cientos de puentes hacia la realidad, en espera, de un algo que pueda aliviar las punzadas que me ahogan. Me adentro a un barecillo, el TARRO DE COYOACAN, decía en letras coloreadas con matices cálidos. Se encuentra en su punto más conglomerado, varios grupos de chavos entonan melodías noventeras, otros brindan por la amistad o por el simple hecho de hallarse juntos disfrutando de la compañia mutua, algunos adolescentes bailan agitadamente, formando un semicírculo alrededor de las mesas. Las pantallas muestran trozos de videos musicales, cortos de alguna película, fragmentos de deportes extremos o una que otra representación activa de un comercial trascendental contemporáneo.Me acercó a la barra y pido una CHELA directa del barril, aunque sinceramente espero sólo algo que salga de una botella etiquetada y sellada por una de esas marcas nacionales. Doy el primer sorbo y mi cuerpo emite ciertos espamos del efecto alcoholizado de la primera bebida, del primer coloquial somnífero que me atontará los sentidos por un lapso estrecho de la noche. Acaudalado de cifras y cifras, DIGO, al ver a un hombre maduro con una botella de whisky y 2 copas sobre la base de madera color marrón, bien vestido, con un toque de Mickey Rourke, un habano en su mano derecha a medio fumar, su mirada esta encayada en el rostro exquisito de su acompañante, una damita de menos de 25 años, vestida exóticamente, peinada deliberadamente de un modo irregular en la que resaltaban tonos color fuego y luces vivas en ciertas zonas, su tez era pálida pero con algo de viveza, labios carnosos sin llegar a la exageración y un cuerpo esbelto, bien definido. Los dos entablaban una charla, con los ojos entrelazados, en sintonía, ella reía en lapsos prolongados, su sonrisa cautivaba al hombre que continuamente paseaba sus manos sobre las mejillas de la chica, mientras ella tomaba sus hombros con delicadeza. Noté que una de las piernas de la PELISROJA se encontraba por encima del muslo del caballero, su piel tersa y suave rozaba sobre el pantalón de mezclilla y dejaba notar que esa extremidad en particular tenía una belleza notable. Me preguntaba sin razón aparente, una cuestión demasiado común entre los asuntos de la seducción, que es lo que hace sentir a una mujer tan joven y hermosa como aquella que llace en la mesilla de dos, tan descaradamente bien en compañia de un hombre, que por su aspecto podría ser su padre, un hombre de rasgos normales, de apariencia sencilla, muy en el rango promedio, de no muy alta estatura, ni muy robusto, con algunas señas de entrar a la tercera edad, un hombre que podría pasar desapercibido en cualquier parte. Por que, en los asuntos de la conquista tratamos de alojarnos siempre en la apariencia, en la exterioridad, en tu vestidillo que DIOS te dió, cuando hay ciertos ejemplos en la vida que demuestran lo contrario, como el citado, donde ciertas características que se ligan a la actitud, a la confianza, al poder o a la fluidez tienen mayor crédito o con mucho mayor valor a la hora de efectuar los LIGES. Es patético siempre depender de lo que la materia logra, a lo más que podemos aspirar es a caer en baches o en hoyuelos de soberbia, orgullo y materialismo, no tendriamos chance de entrar a asuntos más profundos, siempre hablar de falacias, siempre conversar en la ambiguedad, en la total desfachatez de maniquies deseosos de cascarones más equipados. AHHH! pero si uno, dedicará más tiempo a dotar su personalidad con armas no-fisicas, armas letales que alimenten tu estado letárguico y lo vuelvan una caja de simpatías y sorpresas. Ahora bien, el caballero canoso y chaparrito, en primera instancia, mostraba una lección DONJAUNESCA para todos los que sienten afinidad por actividades de CASANOVA, una bofetada recia y directa a los HOMOS que pretenden ser los espectros atrayentes en los TUGURIOS y ANTROS. Dinero, puede ser, sin embargo eso no le quita all MICKEY ROURKE CHILANGO disfrutar la compañía de la DAMA DE ROJO por esa noche. JAJAJA! que envidia, pero de la buena.

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